aria, y
son retribuidos exageradamente por el gobierno, viesen una ocasion de
afirmar su influencia protegiendo a este colosal intruso como un
companero de letras. Y los altos senores del gobierno, que antes de
ocupar sus cargos no conocian otra lectura que la del diario todas las
mananas, han aprovechado la ocasion para darse una falsa importancia de
intelectuales, obedeciendo las indicaciones de sus protegidos que
monopolizan la Universidad.
"No quiero hablar al ilustre Senado de los gastos que ha originado el
Hombre-Montana desde que vive entre nosotros. Esto sera objeto de un
discurso que pronunciare otro dia, cuando tenga completos los datos
estadisticos que estoy reuniendo. Necesito saber con certeza cuantos
bueyes come cada dia, cuantas docenas de gallinas, asi como las
toneladas de pescado y de pan que lleva devoradas. No insisto en esto;
pronto apreciara el Senado de que manera el Consejo Ejecutivo derrocha
el dinero de la nacion, a pesar de que el gobierno de nuestro sexo
ostenta el espiritu de economia como la mayor de las ventajas sobre
todos los gobiernos anteriores.
"Hoy necesito hablar de otra cosa que considero de gran urgencia, pues
equivale a un escandalo intolerable que pone en peligro el orden del
Estado y los fundamentos de nuestra sociedad, haciendo completamente
inutiles la sabiduria de aquella gran mujer que invento los rayos
libertadores y el heroismo de las valerosas jovenes que combatieron en
la tierra y en el aire por el triunfo de la Verdadera Revolucion.
"Yo mismo no comprendo como el ilustre Senado, la Camara de diputados y
los demas organismos nacionales no fijaron su atencion en el aspecto
subversivo que nos ofrece ese gigante desde que llego. Tampoco puedo
explicarme como los periodicos, que atisban el menor de nuestros
defectos para publicarlo inmediatamente permanecen ciegos para el
Hombre-Montana.... Debo confesar, sin embargo, que yo tambien he vivido
en esta ceguera inexplicable, y solo anoche vi la realidad, gracias a la
sugestion de un poeta eminente, el mas grande de todos los poetas que
hoy existen, y despues de esto casi resulta inutil que os diga su
nombre. Todos habeis adivinado que es Golbasto.... Con razon llaman a
los poetas _videntes_. Golbasto ha _visto_ lo que ninguno de nosotros
habia logrado ver.
Se hizo un silencio profundo en toda la asamblea. Lo mismo los senadores
que el publico de las tribunas, esperaban anhelantes la revelacion del
gran descubrimiento
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