a su
mano izquierda en la empunadura de su espada.
Iba vestida con un traje de escamas metalicas muy ajustado a sus formas
exuberantes, y parecio satisfecha del asombro del gentleman, viendo en
el un homenaje a su nueva categoria y al embellecimiento que le
proporcionaba el uniforme. Con una concision verdaderamente guerrera,
dio cuenta a Gillespie de todo lo ocurrido.
El gobierno acababa de decretar la movilizacion contra los hombres
insurrectos, y ella, aunque por su caracter universitario estaba libre
del servicio de las armas, habia sido de las primeras en ofrecerse para
pelear por la buena causa. Consideraba esto un deber ineludible, por ser
nieta de una de las heroinas de la Verdadera Revolucion. Pero Gurdilo,
su ilustre amigo, que mandaba ahora tanto como los altos senores del
gobierno, se habia negado a permitir que un profesor de sus meritos
fuese simple soldado y lo habia nombrado capitan, aunque en realidad no
mandaba tropa alguna.
Su obligacion militar iba a consistir en permanecer jauto al gobierno
escribiendo la cronica de la guerra y revisando las proclamas dirigidas
al pais, por si era posible agregarles nuevos toques de retorica.
--Venceremos, gentleman--dijo con entusiasmo--. Desde anoche estan
saliendo tropas para los Estados donde se han sublevado los hombres. Ya
le he dicho que estos disponen de una invencion, de una especie de nube
que los pone a cubierto de los rayos negros; pero aunque esto parezca de
gran importancia a ciertos varones ilusos, influira poco en el resultado
final. Si ellos pueden valerse, gracias a su descubrimiento, de las
armas antiguas que inventaron los hombres, nosotros tambien podemos
hacer uso de ellas, y las guardamos en mayores cantidades. Esta manana
hemos extraido de los archivos de la Universidad Central una estadistica
de todos los depositos que existen en las otras universidades y se
hallan en poder del gobierno. Por cierto que esto me ha permitido
adquirir noticias sobre el Padre de los Maestros, que esta enfermo de
gravedad, lo que origino ayer muchos comentarios.
Y con serena indiferencia, como si hablase de algo ocurrido muchos anos
antes, relato a Gillespie la misteriosa aparicion del poeta Golbasto
tendido en la arena de la playa y medio ahogado, asi como la dolencia
extrana de Momaren y las murmuraciones de los que afirmaban que a la
misma hora lo habian llevado inanime a su palacio unos desconocidos.
Parpadeo el gigante oyendo estas noticias, pero
|