, anadiendo:
--Doctor Popito, salvaremos a Ra-Ra y nos iremos de este pais, que va
resultando poco agradable.
Luego hizo preguntas a la joven para conocer las ultimas noticias de la
revolucion, y, sobre todo, si eran muchas las fuerzas militares que
habian quedado en la capital. Popito, satisfecha de las promesas del
gigante, hablo con mas tranquilidad.
Las nuevas recien llegadas eran malas para el gobierno. Los hombres
habian suprimido la dominacion de las mujeres en catorce Estados; la
agitacion iba en aumento en toda la Republica.
--Sin embargo, gentleman, yo no tengo el entusiasmo ciego de Ra-Ra, y
veo mas claramente que unos y otros. La revolucion de los hombres ha
fracasado. Su primera condicion de exito era la sorpresa, y esta ha
dejado de ser posible. Los hombres ya no pueden vencer en unos cuantos
minutos, como vencieron las mujeres gracias a los rayos negros. Esto no
es una revolucion, es una guerra, y una guerra larguisima, igual a todas
las del pasado. Se sabe que empieza ahora, pero nadie puede decir cuando
terminara. El invento de la coraza vaporosa hecho por los hombres les ha
servido para poder utilizar las armas antiguas; pero estas armas son
viejisimas, y aunque las ha conservado mucho la limpieza de los museos,
estallan y revientan frecuentemente, por no poder resistir su ancianidad
las funciones ordinarias de la juventud.
"Ademas, las municiones son tan antiguas como las armas, y los
explosivos que duermen hace tantos anos en el ataud metalico de las
capsulas se inflaman de una manera caprichosa o insisten en seguir
silenciosos para siempre. De cada cien tiros sale uno. Las mujeres, por
su parte, al ver la impotencia de los rayos negros, apelan a las armas
de los hombres, aunque las manejan peor que estos. El gobierno quiere
fabricar nuevas municiones, y todas las universitarias dedicadas a la
ciencia estudian desde hace dos dias incesantemente para resucitar los
secretos malignos y destructores de los varones, que voluntariamente
fueron olvidados.
"Pero aunque los descubran, ?como aprenderan las mujeres el manejo de
tanta cosa peligrosa y mortifera? Las proximas batallas, o tal vez las
que se estan dando en este momento, seran con armas blancas. Unos y
otros apelaran a la espada, a la lanza, a la saeta, como antes que
Eulame trajese los inventos de los Hombres-Montanas, y en esta lucha de
musculos y de agresividad feroz, el hombre va a acabar por vencer a la
mujer. iPero esto tardara ta
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