.. El despacho iba
suscrito por mistress Augusta Haynes.
No considero necesario leer las lineas del texto. ?Para que?... Solo un
acontecimiento terrible podia obligar a esta senora, tan enemiga suya, a
enviarle un telegrama.
--Ha muerto; efectivamente, ha muerto.
Danzaron ante sus ojos las luces del comedor; despues se fueron
debilitando, como si les faltase la fuerza del fluido. Un velo acuatico
acababa de correrse entre sus ojos y estas luces. Y para que los
pasajeros retardados no le viesen llorar, Edwin Gillespie inclino la
cabeza permaneciendo asi mucho tiempo.
Al fin volvio a abrir el despacho instintivamente, para leerlo linea por
linea. Sentia el deseo amargamente atractivo que nos impulsa a paladear
los grandes dolores. Necesitaba saber como habia sido su desgracia,
conocerla detalle por detalle, rebuscando entre las palabras inmoviles y
secas del telegrama la vibracion de aquella catastrofe, sin interes para
el resto de los humanos, pero la mas grande que podia ocurrir en el
mundo para la madre y para el.
Se movio en su asiento nerviosamente al leer las primeras palabras.
iMiss Margaret no habia muerto!... La madre le decia simplemente que su
hija estaba enferma, muy enferma, y para que recobrase la salud, ella
rogaba a Gillespie que regresase cuanto antes a los Estados Unidos.
Quedo aturdido por el texto inesperado del despacho. Experimento una
gran alegria, avergonzandose a continuacion de ella. El desesperado
pesimismo que habia sentido en los primeros momentos se reprodujo,
haciendole buscar en el telegrama la parte mas alarmante, o sea las
primeras palabras.
?Que importaba que la orgullosa senora, olvidando la altivez con que
siempre le habia tratado, se humillase hasta formular este
llamamiento?... Lo concreto, lo seguro, era que Margaret estaba muy
enferma. Para que mistress Augusta Haynes se decidiese a llamar al
ingeniero Gillespie--pretendiente que nunca habia sido de su gusto--era
preciso que la hija estuviera en verdadero peligro de muerte. iY el que
se hallaba al otro lado del mundo, separado por una navegacion de varias
semanas!...
Paso la noche sin dormir, saltando de su lecho para pasear por el puente
y volviendo a meterse en el camarote con un deseo siempre incumplido de
lograr un poco de sueno.
--iQuien sabe si ya habra, muerto!--pensaba tenazmente bajo el influjo
de su pesimismo--. Cuando la madre ha enviado este despacho, es
indudable que Margaret va a morir.... iY yo s
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