ensa en el gobierno de su casa.
Los jovenes ansiosos de que alguien se fijase en ellos se preguntaban si
habria baile en la tertulia de Momaren. La entrada del poeta nacional
sembro la consternacion entre las senoritas masculinas aspirantes al
matrimonio.
--?Como vamos a bailar si ha llegado Golbasto, el mas acaparador de los
poetas?... Toda la reunion sera para el.
Y las varoniles doncellas se mostraban tristes, resignandose a una larga
inmovilidad en la que solo verian de lejos a los hermosos militares,
mientras aguantaban un chaparron interminable de versos.
Al ver entrar al poeta laureado, corrio inmediatamente a su encuentro el
gran Momaren. Ambos se abrazaron, y algunos aduladores del Padre de los
Maestros sintieron que no estuviesen presentes los fotografos de los
periodicos para retratar el abrazo de los dos genios mas celebres del
pais.
--Gracias, amigo mio--dijo Golbasto--. Jamas olvidare lo que hace usted
por mi en este dia.... Los gobiernos se suceden y caen en el olvido,
mientras que nuestra amistad llenara capitulos enteros de la historia
futura.
Luego el poeta se empequenecio voluntariamente, hasta ocuparse de la
existencia domestica de su amigo.
--?Y Popito?--pregunto.
Momaren hizo un gesto de contrariedad y de tristeza.
--Se ha negado a asistir a nuestra fiesta. Prefiere pasar la tarde en
sus habitaciones de estudiante. Tiene alli una terraza, donde cultiva
flores, cuida pajaros y se entretiene con otras cosas futiles, indignas
de su sexo.
--iQue juventud la que viene detras de nosotros!--exclamo tristemente
Golbasto.
Momaren hizo un gesto igual de melancolia.
--Si no lo hubiese llevado en mis entranas--murmuro--dudaria que fuese
mi hijo.
Despues el gran poeta tuvo que separarse de Momaren para atender a sus
admiradores. Todos protestaban del hecho escandaloso que se estaba
realizando en aquellos momentos sobre las gradas del templo de los rayos
negros.
--iYa no hay categorias, ni respeto ... ni vergueenza! El primer
jovenzuelo se cree un genio. iQue escandalo!
Golbasto movia la cabeza aprobando estas protestas, y los admiradores
insistian en sus lamentos, como si fuera a llegar el fin del mundo
aquella misma tarde.
El solemne Momaren corto a tiempo este concierto de quejas, pues los que
rodeaban al versificador habian agotado ya todas sus palabras de
indignacion y no sabian que anadir.
--Ilustre amigo--dijo el Padre de los Maestros con una voz untuosa--,
las se
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