ovedades.
Las aguas del rio Negro jamas habian conocido cocodrilos, y en cuanto
a reptiles, no habia en toda la Patagonia mas que ciertas viboras de
mordedura mortal, cabezudas, cortas y gruesas, como el signo
ortografico llamado coma.
El dueno del boliche, con la autoridad de un hombre que ha visto lo
que cuenta, explicaba a sus parroquianos las costumbres de los fieros
animales que se balanceaban sobre sus cabezas, y hasta daba a entender
que habia tomado cierta parte en tan peligrosa caza. Pero al poco
tiempo noto que estos adornos, gloria del establecimiento, si
enorgullecian a muchos de los habitantes de la colonia, contribuian
igualmente al alejamiento de otros. Los habia que eran andaluces como
el Gallego y no tenian las mismas razones utilitarias de esta para
sobreponerse a sus preocupaciones. Tambien los habia italianos o de
otras tierras, que, reconociendo la excelencia de los generos
expendidos en el boliche, no osaban, sin embargo, penetrar en su
interior. Beber bajo la panza amarilla y las cuatro patas extendidas
de un cocodrilo, ipase!... Pero levantar los ojos al empinar el vaso y
ver aquel serpenton que expelia moscas, mostrando a trechos el
cuadriculado repelente de su piel, ieso nunca!
Los mas atrevidos solo se decidian a entrar con la diestra cerrada y
avanzando el dedo indice y el menique en forma de cuernos, para
conjurar la mala suerte.
--iLagarto! ilagarto!--murmuraban, entornando los ojos para no ver lo
que estaba sobre sus cabezas.
Otros, ni aun valiendose de este conjuro se atrevian a pasar adelante,
y en pleno invierno, con las manos en la faja y echando chorros de
vapor por la boca, preferian mantenerse fuera, esperando que
Friterini, el criado del boliche, les sacase los vasos.
Se sacrifico el dueno una vez mas, ganoso de evitar molestias a su
publico. La boa fue descolgada para ser vendida a una taberna de La
Boca, en el puerto de Buenos Aires, frecuentada por marineros, y
quedaron por unico adorno los cuatro yacares, que se balanceaban en el
techo como lamparas funerarias apagadas.
Otro atractivo del establecimiento eran las banderas que en dias de
fiesta patriotica ondeaban sobre su techumbre y el resto del ano
adornaban su interior. Todos los rectangulos de colores inventados por
los hombres ansiosos de formar grupo aparte para distanciarse de sus
semejantes figuraban en este rincon de la Patagonia: banderas de
naciones existentes; banderas de naciones que habian muerto y d
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