demonio te lleve, gringo desagradecido! No quiero verte
mas... Ya no te echare mi lazo, y si alguna vez deseas verme, seras tu
el que tengas que echarmelo a mi... isi es que sabes!
Y no pudiendo resistirse mas tiempo a la crueldad de su decepcion, la
nina de Rojas hundio la cara entre las manos, para que aquella tierra
arenisca y aquel rio impetuoso y solitario que tantas veces la habian
visto reir no la viesen ahora llorar.
* * * * *
#XII#
Llego el dia de la gran sorpresa preparada por Canterac. Los
trabajadores, bajo la direccion de Moreno, colocaron los ultimos
arboles en la llanura inmediata al rio.
Grupos de curiosos admiraban desde lejos este bosque improvisado. De
Fuerte Sarmiento y hasta de la capital del territorio de Neuquen iban
llegando gentes atraidas por la novedad de tal fiesta. Algunos obreros
tendian de tronco a tronco guirnaldas de follaje y clavaban grupos de
banderolas.
Friterini, elevado a la categoria de _maitre d'hotel_, habia sacado de
su maleta un frac algo apolillado, recuerdo de los tiempos en que
prestaba servicio como camarero auxiliar en hoteles de Europa y de
Buenos Aires. Preocupandose de la integridad de su pechera dura y su
corbata blanca, daba ordenes a una tropa de mestizas del boliche que
se habian convertido en servidoras y preparaban las mesas para la
fiesta de la tarde.
Don Antonio "el Gallego" tambien se habia transformado exteriormente.
Iba vestido de negro, con una gruesa cadena de oro de bolsillo a
bolsillo de su chaleco. El era de los invitados, tenia derecho a
figurar entre los vecinos mas notables de la Presa representando al
alto comercio; pero como la merienda habia sido encargada a su
establecimiento, creyo del caso trasladarse al lugar de la fiesta
desde las primeras horas de la tarde, para convencerse de que todos
los preparativos se desenvolvian con regularidad.
Entre los mirones situados al otro lado de una cerca de alambre se
veian algunos gauchos, siendo uno de ellos el famoso Manos Duras.
Despues de la batalla ocurrida en el boliche, habia vuelto
tranquilamente al campamento para dar explicaciones. No negaba que
algunos de los provocantes fuesen amigos suyos, pero todos eran
mayores de edad y no iba a responder de sus actos, como si fuese su
padre. El estaba lejos del campamento al ocurrir el choque; ?por que
intentaban mezclarlo en hechos de los que no tenia culpa alguna?...
El comisario hubo de conforma
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