timas palabras. Antes de alejarse aun se atrevio a darle un nuevo
consejo:
--Y no olvide por ninguna otra mujer a esa senorita que llaman Flor de
Rio Negro.
Le apreto la diestra, hizo un signo de adios, y bajando la cabeza
espoleo a su caballo, perdiendose en la noche, que empezaba a nacer.
* * * * *
#XV#
Marcho Watson hacia el pueblo, sintiendo en su interior la comezon de
una conciencia que empieza a perder su tranquilidad.
Recordaba con remordimiento aquel breve dialogo en el parque
improvisado, durante el cual hablo duramente a Robledo. "iY por esa
mujer--pensaba--que lleva los hombres a la muerte, he maltratado al
mejor de mis amigos!"
Luego, el rostro triste y lloroso de Celinda sucedia en su imaginacion
a la cara bondadosa de Robledo.
"iPobre Flor de Rio Negro!--siguio diciendose--. Debo ir manana a
implorar su perdon, si es que se digna escucharme."
Entro en la Presa ensimismado, dejandose llevar por el instinto de su
cabalgadura; pero de pronto noto que esta queria detenerse, y al
levantar su cabeza se dio cuenta de que estaba ante la casa de la
Torrebianca.
El comisario de policia, ayudado por dos de sus hombres, empujaba con
suavidad al ultimo grupo de curiosos, llevandoselo por delante entre
paternales exhortaciones.
Se alejo don Roque, e iba Ricardo a continuar su marcha, cuando noto
que en la casa se entreabria una ventana, asomando a ella una mano de
mujer, que le hacia senas para que se acercase. Watson permanecio
insensible al llamamiento y la ventana se abrio completamente,
apareciendo Elena vestida de negro, como si guardase luto, pero
llevando estas ropas funebres con cierta coqueteria.
Tuvo Ricardo que aproximarse a la casa, y se quito el sombrero para
responder a sus afectuosos ademanes.
--iTanto tiempo sin verle!... Entre en seguida.
El hizo con la cabeza un signo negativo, mirandola con severa
expresion.
--?No me pregunta por quien voy de luto?--continuo ella--. Ha muerto
la madre de mi esposo, una senora que yo amaba muchisimo. Estoy muy
triste... iComo necesito en estos momentos la conversacion de un buen
amigo!...
Pretendia dar a sus palabras un tono doloroso y al mismo tiempo le
invitaba a subir con ademanes de seduccion. Pero Ricardo insistio en
sus signos negativos y dijo al fin:
--Vendre a visitarla cuando viva en otra casa y este presente su
esposo. Ahora no puedo.
Y se alejo sin volver el rostro, mientras
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