un aplomo que nunca habia
mostrado en sus visitas anteriores.
--Me voy a Buenos Aires en el tren de esta tarde, senora
marquesa--dijo con la gravedad de un hombre que conoce sus propios
meritos--. Debo ver al gobierno para darle cuenta de lo ocurrido aqui,
y hablar con el ministro de Obras publicas sobre la continuacion de
los trabajos.
Elena acogio tales palabras con movimientos de cabeza afirmativos, al
mismo tiempo que sus pupilas parecian sonreir maliciosamente. Este
buen padre de familia exageraba un poco su importancia.
--Pero antes de marcharme he creido conveniente venir a verla para que
tratemos de un asunto relacionado con mis futuros negocios.
Siguio hablando, y a las pocas palabras se apago la chispa alegre e
ironica que danzaba en las pupilas de la Torrebianca. Sus ojos solo
expresaron un avido interes, que fue creciendo por momentos.
Moreno relato como Pirovani le habia confiado toda su fortuna,
nombrandole tutor de la hija unica que tenia en Italia.
--El pobre--continuo--, por lo que he visto al examinar rapidamente
sus papeles, era mas rico que yo creia. Este encargo supremo de mi
pobre amigo va a darme mucho que hacer, y tal vez me obligue a dimitir
mi empleo. iQuien sabe si podre regresar aqui!... Temo que transcurra
mucho tiempo antes de que volvamos a vernos.
Y la posibilidad de tan larga ausencia entristecio al oficinista, a
pesar del aire satisfecho y seguro de si mismo que mostraba desde el
dia anterior.
--Como el infeliz Pirovani--siguio diciendo--me confio el manejo de su
fortuna, y esta casa pertenece a su heredera, yo, en uso de mis
facultades, le digo, senora marquesa, que puede usted seguir aqui todo
el tiempo que juzgue oportuno, como si fuese de su propiedad, y sin
pagar por ella un solo centavo. iQue no hare yo por usted!...
Ella le miraba fijamente con ojos interrogantes. Le era dificil poder
ocultar la sorpresa que le habia causado esta revelacion. iMoreno
depositario de la herencia del contratista, abrumado por la enormidad
de la fortuna que caia sobre el y volviendo a una ciudad populosa para
rehacer su existencia!...
A traves de su asombro empezaron a emerger nuevas ideas, semejantes a
islotes todavia informes y en pleno hervor de formacion. Se desdoblaba
su interior, surgiendo junto a la mujer de gustos frivolos ansiosa de
comodidades y grandezas, otra que era la de las temibles energias, la
de las extremas resoluciones en las horas dificiles, la que no
vacil
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