r descontento de
su origen y ganoso de cambiar de postura.
Otros tertulianos, los de aspecto mas acomodado, se ocupaban del
porvenir de este pueblo naciente. La suerte de el iba unida a la de
Gonzalez. Ahora estaba con el peludo pecho al aire, despeinado, sucio
de polvo, y unos redondeles elasticos sujetaban las mangas de su
camisa para dejar mas libres sus manos. Su camarero ofrecia mejor
aspecto; pero el guardaba ahorrados algunos miles de pesos en el Banco
Espanol de Bahia Blanca, y ademas era dueno de mil hectareas de tierra
cerca del pueblo. Lo unico que le traia disgustado era la mala
educacion y la ignorancia de su clientela, que se empenaba en llamar a
su establecimiento "boliche", como en los primeros dias de su
fundacion, sin querer reconocer los engrandecimientos importantes
realizados por su dueno, ni el rotulo de "almacen" que figuraba sobre
la puerta.
Pero... ?que valia su prosperidad actual comparada con los millones
de pesos que iban a caer en sus manos el dia que la Presa, simple
campamento de trabajadores en la actualidad, se convirtiese en una
poblacion importante, y su almacen en un establecimiento rico como los
de Buenos Aires, y las tierras polvorientas que el habia adquirido en
un sinnumero de "chacras", por las que le pagarian importantes
arrendamientos colonos espanoles e italianos?... Podria volver
entonces a su patria, para instalarse en Madrid, circulando por sus
calles y paseos en el automovil mas lujoso y mas grande que pudiera
encontrar; y las gentes de su pueblo natal, agradecidas a sus
donativos, tal vez le hiciesen diputado o senador; y un ministro lo
presentaria al rey de Espana, cuyo retrato en colores estaba clavado
sobre un tabique de madera debajo de un cocodrilo... iQuien sabe si
hasta lo harian vizconde o marques, como otros tantos "bolicheros"
enriquecidos en America!...
Luego cortaba el curso de sus ambiciosos pensamientos para volver a la
aspera realidad en que aun vivia. Con otros parroquianos interesados
en el regadio de esta tierra, iba describiendo su aspecto presente,
para hacer mas violento el contraste con su futura prosperidad.
--?Que hay aqui ahora, aparte de las personas que vivimos en la
Presa?... Avestruces y pumas nada mas.
Sus oyentes sonreian al acordarse de las bandas de avestruces que
bajaban de la altiplanicie a la cuenca del rio, atraidos, sin duda,
por la novedad de los trabajos que iban realizando los hombres junto
al agua. La senorita de la es
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