pastos. Su paciencia desafiaba al tiempo, apreciando
las semanas y los meses de viaje como si fuesen simples dias.
Uno de ellos gustaba de relatar su ultima excursion por las
estribaciones de los Andes del Sur, visitando los lagos mas
solitarios. En este viaje habia servido de guia o "baquiano" a un
sabio de Europa, recomendado por otro sabio al que presto el mismo
servicio veinte anos antes. Durante la primera expedicion, fueron
encontrando restos de animales monstruosos pertenecientes a los
periodos prehistoricos; esqueletos gigantescos que eran etiquetados y
encajonados para que los reconstituyesen despues en los museos del
viejo mundo.
Su ultimo viaje habia sido mas original. Este segundo sabio buscaba
los animales de la epoca prehistorica, pero vivos. Entre los escasos
habitantes acampados al pie de la Cordillera, se heredaba la
conviccion de que existen aun en ciertos lugares del desierto
patagonico bestias enormes y de formas nunca vistas, ultimos vestigios
de la fauna que surgio al principiar la vida en el planeta.
Algunos juraban sinceramente haber visto de muy lejos al plesiosaurio
hundiendose en el muerto cristal de los lagos andinos o pastando en la
vegetacion de sus riberas. Pero veian esto al anochecer, cuando la
Cordillera extendia su inmensa sombra violeta sobre la llanura. Los
incredulos afirmaban que la tal vision surgia siempre cuando el
observador regresaba de algun boliche lejanisimo llevando muchas copas
en el cuerpo.
Despues de exponer el pro y el contra del asunto, el viejo "baquiano"
terminaba asi:
--En un ano no tropezamos con ninguno de esos animales, y fuimos de
lago en lago desde el Nahuel Huapi hasta cerca de Magallanes. Pero yo
he visto con mis ojos huellas en la tierra mas grandes que patas de
elefante, que nos ensenaban las gentes del pais. He visto tambien,
junto a un lago, unos montones de excremento seco tan altos como mi
persona, que no podian ser de ningun animal conocido... Y mi sabio
callaba cuando yo le hacia preguntas, como un hombre que no se decide
ni por unos ni por otros. iQuien sabe lo que hubieramos visto si
seguimos alla mas tiempo! Tal vez cuando aumente la gente en aquellos
lagos sera descubierta alguna de esas bestias solitarias.
Gustaba tambien el dueno del boliche de hacer preguntas a sus
parroquianos mas viejos sobre ciertos hombres misteriosos que habian
pasado por esta tierra anos antes, cuando acababan de ser expulsados
los indios y se iniciaba la
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