que concentran su felicidad y su porvenir en un hombre,
entregandose a esa pasion absorbente y martirizadora que llaman amor.
Hace veinticinco anos, cuando aun no era jefe de la Universidad, pero
ocupaba un asiento por primera vez en el Senado y una catedra de
Historia politica, se enamoro de un hombre.
No crea usted, gentleman, que este hombre era un intelectual, digno del
afecto de Momaren. Por el contrario, apenas sabia leer y escribir, pero
era un buen mozo y disponia a su capricho de todas las artes que
cultivan los varones metidos en sus casas para atraer y dominar a las
pobres mujeres. Como la mujer vive preocupada por sus negocios y vuelve
a su domicilio rendida de tanto trabajar, ignora el modo de precaverse
de tan diabolicas asechanzas.
Momaren, que aspiraba a ser un asceta del estudio, dedicando a la
ciencia su vida entera, sin las preocupaciones de familia, que estorban
la concentracion silenciosa del pensamiento, fue debil, y cayo vencido,
como cualquiera de esas muchachas del casco con aletas que estudian para
oficiales en nuestra Escuela militar. Durante tres anos se considero el
profesor mas feliz de la Republica porque tenia a su lado a este hombre
seductor y diabolico.
No era aun Padre de los Maestros, pero fue padre de Popito, que nacio al
ano de esta union.
El caprichoso joven no pudo acostumbrarse a la gravedad amorosa del
profesor, a la calma de su casa, y un dia se fugo con una comica,
celebre por su belleza, para vagar por los diversos Estados de nuestra
patria, llevando una existencia de aventuras y privaciones.
Debe haber muerto hace tiempo; nadie ha sabido mas de el. Pero el
ilustre Momaren quedo herido para siempre despues de esta traicion, y
muy pocos le han visto sonreir.
El dolor es el agua que riega los jardines de la poesia y hace crecer
sus arboles mas lozanos. (Esta imagen, gentleman, siempre que la uso en
una conferencia arranca murmullos de entusiasmo.) Quiero decir que la
mala accion de aquel aventurero sirvio para que Momaren produjese sus
mejores obras. Como usted noto durante la lectura de sus versos, este
gran poeta solo canta armoniosamente al recordar sus dolores.
La educacion de Popito le entretuvo durante los anos de su infancia y su
adolescencia. Pero ahora Popito es una mujer completa, un doctor de gran
porvenir, y si el Padre de los Maestros puede darle ordenes como jefe en
los asuntos universitarios, no le puede imponer su voluntad dentro de la
familia.
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