ente cortejo que habia venido a visitarle.
--Miss Margaret se llama ahora Popito--se dijo mentalmente--. iQue
nombre extravagante!
Pero a continuacion penso que el se llamaba Ra-Ra, y la grave viuda de
Haynes era en este pais el Padre de los Maestros, jefe supremo de las
universidades, y ademas escribia versos.
Busco otra vez la mirada protectora de Momaren, quedando medianamente
satisfecho al ver que los ojos de este parecian amonestarle por su
reciente distraccion. Flimnap continuaba dejando correr el chorro de su
oratoria didactica. Explicaba en estos momentos los diversos y
brillantes periodos de la literatura nacional, aproximandose con la
lentitud de un estratega prudente a la conclusion de que todo lo que
habian producido varias generaciones de escritores era simplemente para
preparar el advenimiento de Momaren. Pero aunque Gillespie hacia
esfuerzos por enterarse de la disertacion, inclinaba al mismo tiempo su
cabeza del lado de los amantes, deseoso de oir su dialogo.
La voz de la invisible Popito, algo desfigurada por el aparato
microfonico, evoco en su memoria el recuerdo de la voz dulce y graciosa
de miss Margaret.
--Mi madre se opone--decia--, bien lo se; pero yo te amo, y veras como
al fin triunfaremos, consiguiendo nuestra felicidad.
iLo mismo que la otra!... El gigante creyo estar aun en el Gran Parque
de San Francisco escuchando por ultima vez a miss Margaret, y al ver
bajo sus ojos a tantos ciudadanos de aquel pueblo diminuto que le tenia
sujeto a la mas grotesca de las esclavitudes, impidiendole volver a la
tierra natal, donde a lo menos le era posible admirar de lejos a la
mujer amada, sintio un deseo vehemente de levantar los punos, aplastando
con unos cuantos golpes a toda la universidad femenina.
Su propia voz saliendo de la boca de Ra-Ra le distrajo por algun tiempo.
El joven hablaba con entusiasmo, y Popito, a pesar de que vivia en la
triunfante Republica de las mujeres, mostraba al escucharle una
supeditacion de hembra feliz que desea verse dirigida y unicamente pide
amor. Era igual a las mujeres descritas por el doctor Flimnap que vivian
en las epocas anteriores a la Verdadera Revolucion.
Ra-Ra contaba las ultimas aventuras de su existencia errante y sus
trabajos para destruir el despotismo femenino. Creia en un triunfo
proximo con la fe de los visionarios, que siempre colocan la victoria de
sus ideales dentro de breve plazo. Tan conmovido estaba por su
vehemencia, que hasta lle
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