uparte tu en esas cosas cuando solo has nacido
para brillar como una estrella de los salones!
--Ya no le faltaba mas que eso para hacerse del todo antipatico,
iodioso! iSi las cosas pudiesen hacerse dos veces!
Bruscamente, la expresion de ternura habia desaparecido de sus ojos,
reemplazandola otra sombria y feroz. Una arruga profunda surco su tersa
frente de estatua. Y con voz sorda comenzo a exponer sus quejas, a
descubrir los agravios que su marido le hacia diariamente. A nadie en el
mundo, mas que a su madrastra, haria tales confidencias, que en ella no
provocaban lagrima alguna. D. Carmen era quien las vertia una a una de
sus ojos cansados.
--iHija de mi alma! iYo que hubiera dado mi vida por verte feliz! iQue
ciegos hemos estado, lo mismo tu padre que yo, al entregarte a ese
hombre!
--iMi padre! iOtro que tal! iUn hombre que no ha sabido jamas que tiene
en casa una santa a quien debia adorar de rodillas! La verdad es que
cuando pienso....
--iCalla, calla: es tu padre!--exclamo la duquesa tapandole la boca con
la mano--. Yo soy feliz. Si tu padre tiene algunos defectos, yo tengo
mas aun: de modo, que no hay merito en perdonarselos, si el me perdona
en cambio los mios.... No hablemos de tu padre, hablemos de ti misma....
No sabes lo que me duelen esos apuros de dinero, a los cuales no estas
acostumbrada. Yo, si pudiera, los remediaria al instante.... Pero bien
sabes que manejo poco dinero. Del que saco de la caja tengo que dar
cuenta a Antonio, y a este no se le engana facilmente. Algun punadito de
oro, si, puedo poner aparte para ti; pero mis ahorros no te sacaran de
pilancos. Sin embargo, confio en que tus apuros no duraran mucho
tiempo....
Hizo una pausa la bondadosa senora; quedose mirando al vacio
tristemente, y luego, abrazando a su hijastra que aun permanecia de
rodillas y acercando los labios a su oido, le dijo en voz baja:
--Mira, hija mia, yo no tardare en morir y pienso dejarte todo cuanto
tengo. La mitad de la fortuna de tu padre es mia, segun me ha dicho el
abogado de la casa.
Clementina sintio una vibracion en el alma que a un psicologo le
costaria mucho trabajo definir. Fue una mezcla de dolor, de asombro, y
acaso tambien, de un poquito de alegria. El dolor predomino, no
obstante, y abrazo a su madrastra y la beso carinosamente repetidas
veces.
--?Que esta usted diciendo ahi?... iMorirse! No: yo no quiero que usted
se muera. Usted me hace mucha mas falta que su dinero. Sin usted yo
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