toda la noche, rompia ahora con fuerza la cascara.
--iOle mi nino! Asi hablan los hombres--exclamo la Nati, una chulilla de
Lavapies que descubria el pano, no solo en la conversacion, sino tambien
en el peinado, en los andares, en todo.
--iQue simple eres, criatura!--dijo la Amparo volviendose a ella--. ?Te
figuras que eso es cierto? Clementina le tiene mas sumiso que un
perrillo de lanas. Si se le antoja, le hace lamer la planta de sus pies.
--iSi; lo mismo que tu a su papa!--respondio furioso Castro--?Vosotras,
por lo visto, os habeis llegado a figurar que soy un cadete de
infanteria? Pues ya vereis lo que me importa por esa senora....
--?De veras?--pregunto Alcantara.
--De veras: me voy aburriendo ya.
Castro, previniendo una proxima ruptura con su amante, preparaba una
cama blanda a su reputacion de seductor para que no sufriese
desperfecto.
--Os enfadais conmigo--siguio--porque llego tarde.... ?Y Leon? ?Donde
esta Leon?
--Leon, aqui esta--profirio una voz sonora detras.
Y el propio Leon avanzo hasta el medio de la estancia y se puso a
parodiar, con entonacion y mimica de comico de la legua, una zarzuela
muy conocida:
Yo soy aquel conde de Agreda llamado,
que en lides sin cuento probo su valor.
--Oye, nene--dijo Socorro tirandole de los faldones del frac--, tengo
que ajustarte una cuenta.
--iTu tambien!--exclamo con afectado espanto--.iCielos! ?Donde me metere
que no me presenten cuentas?
Y se dejo llevar, fingiendo susto, a un rincon por su querida, que le
pregunto en voz baja:
--Di, babieca, ?por que no me has dicho que era Amparo de la partida?
?No sabes que estamos politicas hace ya dias?
--iBah! ibah!--exclamo alzando la voz y apartandose--. En cuanto tengais
unas copas de Jerez en el cuerpo, se van a oir los besos que os deis,
desde la calle.
-Socorro quedo acortada mordiendose los labios. Temia que Amparo hubiese
advertido algo. Y en efecto, la querida de Salabert les habia echado una
mirada penetrante sospechando lo que hablaban, y arrugo el entrecejo:
"iAnda, anda! iA buena parte iban con recaditos! iComo la picasen un
poco era capaz de agarrar por el mono a aquella panfila y batirla contra
la pared!"
La Socorro era una rubia linfatica, de tez nacarada y ojos claros, un
poco romantica y un mucho susceptible. Se decia hija de un comandante y
se agarraba el derecho de despreciar a sus companeras nacidas del seno
de la plebe. Era mas instruida que ellas porqu
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