tir abrazos
y palmaditas en la espalda, haciendo un ruido formidable con sus voces y
risotadas.
--iBuen negocio! Buen negocio secuestrar ahora a los cuatro y exigir un
millon de pesos por cada uno.... iOh! ioh! Se me han colado en el
despacho los cuatro peces mas gordos que tiene Madrid ... icuatro
tiburones!... ?Como va de ese reuma, Urreta? Me parece que usted tambien
necesita una buena carena como yo.... Y tu, Manuel, ?cuando piensas
reventar?... Ya ves que a tu sobrino le corre mucha prisa.
Los banqueros se mostraron corteses y reservados, procurando cortar con
su actitud grave aquel flujo de chanzonetas. El caso no era para menos.
Hacia cosa de un ano que Salabert les habia vendido la propiedad del
ferrocarril de B*** a S***, ya en explotacion y con todo su material.
Aunque no se determino en la escritura, convinose entre ellos que cuando
saliese a subasta el ferrocarril desde S*** a V***, como quiera que
estaba enlazado con el otro, material y economicamente, Salabert no
presentaria pliego de licitacion, dejandoles el negocio a ellos. Pues
bien; acababan de saber que el duque, faltando a su palabra, se lo
trataba de birlar decaradamente: habia presentado el correspondiente
pliego en la subasta. El primero que hablo fue Calderon.
--Antonio, venimos a renir contigo seriamente....
--No puede ser. ?Renir con un hombre tan inofensivo como yo?...
--Recordaras muy bien que al realizar la compra de tu ferrocarril se ha
convenido, o por mejor decir, nos has prometido solemnemente no
presentarte en la subasta de la linea de S*** a V***.
--Ya lo creo que me acuerdo ... iadmirablemente!
--Pues hoy hemos visto con sorpresa que hay un pliego tuyo....
--iComo! ?Un pliego?--exclamo lleno de asombro, abriendo
desmesuradamente sus grandes ojos saltones--. ?Quien les ha contado
semejante patrana?
--No es patrana: yo mismo he visto su firma de usted--dijo uno de ellos,
el marques de Arbiol.
--?Mi firma? No puede ser.
--Amigo Salabert, le digo a usted que yo mismo he visto la firma:
"Antonio Salabert, duque de Requena"--replico Arbiol con firmeza y muy
serio.
--iNo puede ser! ino puede ser!--repitio el duque poniendose a dar
vueltas por el despacho, presa al parecer de violenta agitacion--. Me
habran suplantado la firma.
El marques de Arbiol sonrio desdenosamente.
--Traia el sello de su casa.
--?Traia el sello?--replico parandose de pronto--. Entonces me la han
suplantado dentro de mi misma casa. iSi
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