deslizo disimuladamente por los salones, salio al corredor
y se dirigio al despacho del duque, una pieza regia que solo tenia de
respeto, pues siempre trabajaba arriba. Estaba profusamente iluminada,
como todas las estancias del piso principal. Al poner el pie en el creyo
percibir un sollozo ahogado, que la lleno de sorpresa y temor. Derramo
la vista por todo el ambito y percibio, alla en el fondo, a una senora
tumbada en el sofa, ocultando el rostro con el panuelo, en actitud de
llorar. Acercose, y por el traje la conocio en seguida. Era Irenita.
--iIrenita! Hija mia, ?que tienes?--exclamo inclinandose sobre ella con
solicitud.
--Ay, perdon, Clementina.... Me he metido aqui sin saber lo que
hacia.... iSoy tan desgraciada!
Y las lagrimas brotaron con abundancia de sus ojos.
--Pero, ?que te ha pasado, criatura?
--iNada, nada!--replico la nina sollozando.
Hubo unos segundos de silencio. Clementina la contemplaba con lastima.
--Vamos--dijo acercando la boca a su oido--. Emilio te ha dado algun
disgusto esta noche.
Irenita no contesto.
--No te aflijas, tonta. Con eso no adelantas nada. Procura, aunque sea
haciendo un gran esfuerzo, aparecer indiferente. Ese es el medio mejor
de que no te desprecie.... Digo ... el medio mejor es otro ... pero no
te lo aconsejo, porque no esta bien aconsejar ciertas cosas.... Si estas
enamorada de el no des tu brazo a torcer, por Dios.... Que no sepa estas
penas tuyas, porque eres perdida.... Dejale que satisfaga su capricho,
que el volvera a ti.
Irenita levanto su rostro banado de lagrimas.
--?Pero ha visto usted lo que ha hecho hoy? iEs horrible!
En aquel momento Clementina oyo pasos en el corredor. Sospechando de
quien eran fue rapidamente a la puerta, diciendo:
--Espera un poco: dejame cerrar.
Fue bien a tiempo. En aquel instante llegaba Raimundo. La dama puso el
dedo en los labios haciendole sena de que se alejase. Irenita no
advirtio nada. Cuando Clementina volvio a su lado le dio cuenta, entre
lagrimas y suspiros, de los agravios que su marido le habia inferido
aquella noche. En primer lugar, Emilio se vistio de hungaro para venir
al baile. Irene habia observado en cuanto entro, que Maria Huerta vestia
tambien de hungara. Debian de estar convenidos, lo cual era una afrenta,
que mas de una persona habia notado. Luego bailaron un vals y un
rigodon. Mientras duro este, Emilio no habia cesado de hablarle al oido.
Toda la noche la habia estado sirviendo lo mi
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