cia organica, son los que
primero se intoxican. Perecen muchos, y los que consiguen salvar, a los
veinte anos son viejos....
Las damas y los pocos caballeros que con ellas habian venido, le
escuchaban con atencion y con pena. Jamas habian visto un cuadro tan
espantoso. El trabajo, que es por si un castigo, aqui se complicaba con
el envenenamiento. Y con el corazon enternecido, llenas de buen deseo,
proponian medios para aliviar a aquellos desgraciados. Unas pretendian
que debia fundarse un buen hospital; otras hablaban de una tienda-asilo
donde los obreros encontrasen los alimentos mas baratos; otras aspiraban
a que se prohibiese trabajar a los ninos; otras a que los operarios
trabajasen una horita al dia nada mas.
El medico sacudia la cabeza sonriendo.
--Esta muy bien eso: yo lo creo asi tambien.... Pero vuelvo a decirles a
ustedes que entonces no seria un negocio.
Distribuyeron algunas monedas entre los enfermos, visitaron la capilla,
donde dejaron tambien algun dinero para hacer un traje nuevo al nino
Jesus. Al fin abandonaron aquel recinto lobrego. Al respirar el aire
fresco sintieron una alegria que no procuraron disimular. Hablando y
riendo fueron a juntarse con el resto de la comitiva.
Los ingenieros explicaban a Salabert un nuevo metodo de destilacion que
podia introducirse, con el cual no solo se elevaria enormemente la
produccion, sino que podria utilizarse el _vacisco_, o sea la parte
menuda del mineral. Se trataba de unos condensadores formados de camaras
de ladrillos, de paredes delgadas en el primer trozo de recorrido de los
humos y de camaras de madera y cristal en lo restante hasta la chimenea.
El horno con ellos podia estar encendido y en marcha constantemente.
Escuchabales el duque con atencion, tomaba notas, hacia objeciones,
procurando ponerse al corriente de aquel negocio, en el cual su fina
nariz olfateaba cuantiosas ganancias. Al llegar las damas quiso ser
galante; suspendio la platica.
--?Como van mis enfermos, senoras? No han tenido hoy poca suerte--les
dijo.
--Mal, duque, mal.... El hospital deja mucho que desear....
Y aquellas damas se pusieron todas a lamentarse de las deficiencias que
ofrecia el asilo, a pintarlo con negros colores, a proponer reformas en
el para dejarlo confortable.
El duque las escuchaba con risuena indiferencia, con la atencion un poco
burlona que se presta a un nino mimoso.
--Bien, bien; ya arreglaremos eso; pero antes dejenme ustedes poner el
nego
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