FREE BOOKS

Author's List




PREV.   NEXT  
|<   300   301   302   303   304   305   306   307   308   309   310   >>  
donaron la carretera y se pusieron a caminar por los campos aridos y tristes del Este de Madrid. El terreno ofrecia leves ondulaciones y se extendia rojizo y desierto, cortando a lo lejos el horizonte con una raya bien pura. Ni un arbol, ni una casa. Los finos zapatos de Clementina se hundian en la tierra y quedaban manchados. Caminaban silenciosos. Raimundo ya no tenia fuerzas para hablar. Ella tambien se sintio dominada por la tristeza de la situacion, a la cual ayudaba la del paisaje, y tuvo la delicadeza de no desplegar los labios. De vez en cuando volvia la cabeza para cerciorarse de si podian ser vistos desde la carretera. Cuando se convencio de que estaban bastante lejos se detuvo. --?Para que andar mas?... ?No te parece buen sitio? Raimundo se detuvo tambien y no respondio. Dejo caer el paquete al suelo y dirigio la vista a lo lejos, a los confines del horizonte. Clementina deshizo el paquete. Despues de echar una ojeada de curiosidad a sus cartas, esmeradamente conservadas en los sobres, hizo con ellas un montoncito. Aguardo un instante a que Raimundo volviese la cabeza, y viendo que no lo hacia, le dijo: --Dame un fosforo. El joven saco el fosforo y se lo entrego encendido, con el mismo silencio. Volvio de nuevo la cabeza y siguio mirando fijamente el horizonte, mientras Clementina pegaba fuego al monton de cartas y las veia arder poco a poco. Tardaron algunos momentos en consumirse: necesitaba arreglar con sus manos enguantadas el montoncito para que el fuego no se apagase. De vez en cuando dirigia una mirada entre inquieta y compasiva a su amante, que se mantenia inmovil y atento como un marino que contempla el cariz de la mar. Cuando no quedaron mas que las cenizas negras, Clementina, que estaba en cuclillas, se alzo. Estuvo un momento indecisa sin atreverse a turbar la profunda distraccion de Raimundo. Al fin, pasando por su hermoso rostro una rafaga de ternura, despues de mirar rapidamente a todos lados, se acerco a el, le paso un brazo por la espalda y le dijo con acento carinoso: --Y ahora que estamos solos por ultima vez y que nadie nos ve, ?no nos despediremos de un modo mas efusivo? --?Como quieres que nos despidamos?--respondio el mirandola y haciendo un esfuerzo supremo para sonreir. --iAsi!--replico la dama vivamente. Y al mismo tiempo le echo los brazos al cuello y le cubrio el rostro de fuertes y apasionados besos. Raimundo se estremecio. Dejose besar por algunos instantes
PREV.   NEXT  
|<   300   301   302   303   304   305   306   307   308   309   310   >>  



Top keywords:
Raimundo
 

Clementina

 
horizonte
 

cabeza

 

tambien

 

cuando

 
detuvo
 

Cuando

 
algunos
 
rostro

cartas

 

paquete

 

fosforo

 

respondio

 

montoncito

 
carretera
 

estaba

 

negras

 

cuclillas

 

cenizas


contempla

 

quedaron

 
Estuvo
 

momento

 
pasando
 

hermoso

 
distraccion
 

profunda

 

indecisa

 
atreverse

turbar
 

marino

 

atento

 

consumirse

 

necesitaba

 

arreglar

 

momentos

 

campos

 

aridos

 

Tardaron


enguantadas

 

apagase

 

amante

 
mantenia
 
inmovil
 

pusieron

 

caminar

 

compasiva

 

dirigia

 
mirada