on la hija del general Pallares, "uno de nuestros mas bellos
bacalaos", al decir de Cobo Ramirez. Creia estar cumpliendo con un
mandato de su adorada, dandole un testimonio irrecusable de que sus
celos, si los sentia, eran infundados.
Cuando termino el vals, vino, como un caballero de la Edad Media que
sale del torneo, a recibir el galardon de las manos de su dama. Pero
como no hay dicha completa en este mundo, al mismo tiempo que el se
acerco a la nina Cobo Ramirez. Ambos se sentaron a su lado y la
atosigaron a requiebros y atenciones. El uno le pedia el abanico, el
otro el panuelo. Los dos procuraban atraer su atencion sacando
conversaciones divertidas, lisonjeando su orgullo por todos los medios
que podian. En honor de la verdad hay que confesar que, aunque Ramoncito
era mucho mas profundo y politico, la conversacion de Cobo era mas
amena. Sin embargo, por uno de esos caprichos inexplicables de las
jovenes, Esperancita mostrabase mas afectuosa y deferente con Maldonado,
contra su costumbre. Y los tres ofrecian un espectaculo curioso y
divertido.
Los criados circulaban con bandejas llenas de sorbetes, jarabes,
confites y frutas heladas. Ramon llamo a uno para ofrecer a Esperanza
ciertas yemas a las cuales sabia que era aficionada. Al mismo tiempo
invito con empeno a su antagonista a que tomase un helado. Cobo lo
rehuso. Le apremio con tal afan, que el conde de Agreda, Alcantara y
otros varios que estaban cerca lo notaron.
--Mirad a Ramon que empeno tiene en que Cobo tome un helado--dijo uno.
--iClaro! Le ve sudando y quiere matarlo. Es logico--repuso Leon.
Pepe Castro, cuando vio acercarse a Cobo y Ramoncito, se habia retirado
discretamente. En el camino tropezo con Clementina, que parecia
multiplicarse. Acudia a todos los sitios donde hacia falta, volviendo a
cada instante junto a los soberanos, que se habian retirado con la
duquesa, el duque y las personas de su servidumbre a una sala donde
nadie oso entrar.
--Ya te he visto bailando con mi sobrinita--le dijo--. ?Por que no le
haces el amor?
--?Para que?
--Para casarte.
--iHorror! Pero chica, ?que te he hecho yo para que me aborrezcas tanto?
--Vamos, ven aqui. Has de ser formal--dijo ella poniendose grave,
adoptando un aire maternal--. Esperanza no es hermosa, pero tampoco
desagradable. Tiene la frescura de la juventud y esta enamorada de ti
... me consta....
--Si; lo mismo que tu--manifesto el gallardo salvaje, sonriendo con un
poco de ama
|