o de improviso donde ella estaba con
Alcazar. Hablaba como si le hubiese arrancado el galan a su amiga, con
acento protector y desdenoso que hubiera hecho dar un salto a la
orgullosa hija de Salabert si por ventura la hubiese oido.
--iPobre Clemen! Se esta haciendo vieja, ?verdad? iQue figura tiene
todavia! Claro que es a fuerza de apretarse, y esto tarde o temprano le
va a hacer dano; pero de todos modos.... La cara no corresponde a la
figura, ?no cree usted? Sobre todo ahora que se le esta empanando el
cutis de un modo horroroso. Siempre ha tenido la fisonomia muy dura.
Y al mismo tiempo sus ojos claros y suaves miraban a Castro con tal
dulzura, que realmente era para empacharse. Le habian dicho siempre (y
era cierto) que tenia el semblante muy dulce. Para dar mas realce a esta
cualidad ponia cara de idiota.
Castro asentia a todo, tanto por lisonjearla como por la mala voluntad
que tenia a Clementina. No sentia interes por Lola, pero a raiz de su
ruptura con aquella se habia consolado un poco festejandola: aunque en
ello habia tenido no poca parte el deseo de no aparecer derrotado a los
ojos del mundo.
--?Y usted cree que esta enamorada realmente de ese nino que parece una
colegiala del Sagrado Corazon?
--iVaya usted a saber! Clementina presume mucho de original. Esta ultima
aventura la acredita de ello.... Mire usted que miraditas tiernas le
esta echando el bebe desde lejos.
Raimundo, en pie, alla en el extremo de una de las mesas, no quitaba ojo
a su amada, que iba y venia de un sitio a otro previniendo los deseos de
aquellos invitados a quienes mas deseaba complacer. De vez en cuando le
enviaba una imperceptible sonrisa de inteligencia que transportaba al
joven al septimo cielo.
Pepa Frias, si no comia porque estaba ahita, pellizcaba en las frutas y
confites, teniendo detras de su silla a Calderon, Pinedo, Fuentes y
otros tres o cuatro caballeros maleantes que gozaban en tirarle de la
lengua. No se la mordia, en verdad, la fresca viuda. Se defendia
admirablemente de todos ellos parando y contestando los golpes con
maestria.
--?Donde dice usted que tiene gota, Pepa?
--En los pies, Pinedo, en los pies ... donde tiene usted el talento.
--Aunque usted me insulte, quisiera que me traspasase esa gota ... ipor
tener siquiera una gota de usted!
--iPocas gracias! Seria una gota de esencia aromatica--dijo un consejero
de Estado harto dulzon.
--?Y usted que sabe, hombre, si no ha metido la nariz mas
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