ue debia de ser su hija, aunque Clementina no la
conocia. Pinedo la tenia alejada de la sociedad que frecuentaba, la
ocultaba cuidadosamente lo mismo que Triboulet. La esposa de Osorio
siempre habia tratado a este personaje con un poco de altaneria, lo cual
no era raro en ella como ya sabemos. Mas ahora el estado placentero de
su espiritu la torno expansiva y llana por algunos instantes. Como
Pinedo cruzase grave dirigiendole un sombrerazo ceremonioso segun su
costumbre, la dama se detuvo y le abordo con la sonrisa en los labios.
--Amigo mio, usted es hombre practico; tambien aprovecha estas horas de
la manana para respirar el aire puro y tomar un bano de sol.
Contra su costumbre y naturaleza, Pinedo quedo un poco turbado, tal vez
porque no le hiciera gracia presentar su hija a esta vistosa senora.
Repusose instantaneamente, sin embargo, y respondio inclinandose con
galanteria:
--Y a ver si Dios me concede unos tropezones tan desagradables como el
que ahora he tenido.
Clementina sonrio con benevolencia.
--No debe usted echar flores aunque sea de este modo indirecto trayendo
a su lado una joven tan linda. ?Es su hija?
--Si, senora.... La senora de Osorio--anadio volviendose a la nina.
Esta se puso roja de placer al oirse llamar linda por aquella dama a
quien tanto conocia de vista y de nombre. Era una muchacha alta y
esbelta, de rostro moreno, con facciones menudas y bien trazadas y unos
ojillos dulces y alegres.
--Pues habia oido decir que tenia usted una nina muy bonita; pero veo
que la fama se ha quedado corta.
La chica enrojecio aun mas y apenas pudo murmurar las gracias.
--Vamos, Clementina, no siga usted que se lo va a creer.... Esta senora,
Pilar--anadio volviendose a ella--, se complace en decir mentiras
agradables como otros en decir verdades amargas.
--Ya lo veo que es muy amable--repuso la nina.
--No haga usted caso. Que es usted hermosa, esta a la vista.
--iOh, senora!...
--Y diga usted, padre tirano, ?por que no la divierte usted un poco mas?
?Esta bien hecho que a usted se le vea en todos los teatros, bailes y
reuniones y tenga encerrada a esta nina preciosa? ?O es que se le figura
que tenemos mas gusto en verle a usted que a ella?
El pobre Pinedo sintio un estremecimiento de dolor que trato de ocultar.
Clementina habia tocado con frivolidad en la parte mas sensible de su
corazon. Su sueldo ya sabemos que no le consentia mas que vivir
modestamente. Si entraba en una sociedad
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