n apurarte mucho.
Eres muy testarudo y no conviene disputar demasiado. Un tono suave y
despreciativo surte mejor efecto. Lo mas conveniente es que me mires de
vez en cuando. Yo te hare alguna sena con disimulo: de este modo iras
siempre pisando en firme....
Todavia, antes de llegar a la puerta de la casa de Calderon, tuvo tiempo
Castro para ampliar con otros valiosos datos esta gallarda muestra de su
talento didascalico. Solo una inteligencia maravillosamente perspicua
unida a larga y aprovechada experiencia, solo un espiritu refinado podia
penetrar tan hondamente en el secreto conflicto que la resistencia de
Esperanza a consagrar su corazon a Ramoncito, habia creado. Al mismo
tiempo era el unico que podia darle una solucion satisfactoria. El joven
concejal llego al domicilio de su adorada en un estado de relativa
tranquilidad. En cuanto a sus propositos intimos, solo podemos decir que
iba determinado a revestirse de un gran aspecto de dignidad y a oponer
abierta resistencia a las tendencias invasoras de la nina de Calderon.
Para comenzar juzgo oportuno meter las manos en los bolsillos y plegar
los labios con una sonrisilla ironica y protectora. De esta suerte entro
en el gabinete donde estaba reunida la familia del opulento banquero,
balanceando la cabeza como si no pudiese con ella a causa del numero
incalculable de pensamientos que guardaba dentro, de los modales
elegantes a los modales groseros no hay mas que un paso, como de lo
sublime a lo ridiculo. Asi que, no nos atrevemos a asegurar que
Ramoncito, en la primera etapa de su conversacion con Esperancita, se
mantuviese siempre del lado de aca de la elegancia. Hay algun fundamento
para pensar que no fue asi. Lo que, salvando nuestra conciencia de
historiadores veraces podemos afirmar, es que Esperancita tardo bastante
tiempo en advertirlo, y que despues de advertirlo no causo en ella la
honda impresion que debia esperarse.
En el gabinete costurero donde los introdujeron, estaban bordando D.
Esperanza, Mariana y Esperancita. O hablando con exactitud, las que
bordaban eran dona Esperanza y Esperancita: Mariana se mantenia sentada
en una butaca, mirando al vacio en perfecto estado de inmovilidad. Pepe
Castro y Ramon eran amigos intimos de la familia y se les recibia sin
ceremonia y con agrado. Despues de algunos elusivos apretones de manos,
con la sola excepcion del de Maldonado a Esperancita, que no llego a
realizarse porque aquel se distrajo intencionalmente pa
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