--iAl contrario, hijo, si a Manolo le quiero mas de lo que te figuras!
--Pues harias bien en darle de vez en cuando alguna conferencia intima;
si no, me temo que haya que llevarlo pronto al manicomio.
--No creas que esta siempre en mi mano. El otro tio es muy escamon.
Despues del Real ?verdad? No me lleveis mas gente. El ruido no me
conviene ahora que estoy bien colocada ?sabeis? Hasta luego. Oye, tu,
feo--dirigiendose a Ramon--, ?por que no hablas? Ya me han dicho que
quieres casarte con la chiquilla de Calderon.... Pues hijo, tu horroroso
y ella mas fea que azotar a un Cristo, vais a echar unos nenes que habra
que ensenarlos en una barraca. Adios, Pepe: no te olvides de los
boquerones. Ya sabes que no ceno sin ellos. Hasta luego.
Ramoncito se habia puesto rojo de ira al oir tratar con tal desprecio a
su adorada, sin tener presente que un momento antes habia hecho el lo
mismo. Y hubiera arremetido a la Amparo con alguna insolencia gorda, si
esta no se hubiese alejado sin fijarse poco ni mucho en la desazon que
causaba. Contentose con murmurar fatidicamente rechinando un poco los
dientes:
--iMe parece que voy a ponerte yo la vergueenza que no tienes!
El encuentro con la querida de Salabert en el momento en que se hallaba
en lo mas culminante de sus confidencias, le habia turbado, y por eso no
habia despegado los labios. Apresurose a anudar el hilo por donde
aquella lo habia roto, preguntando a su amigo y maestro:
--Vamos a ver, Pepe: tu en mi caso ?que harias?
Castro camino en silencio un rato mirando con fijeza a los balcones de
las casas, sorprendido sin duda de que la gente no saliese a verle
pasar. Luego, dando tres o cuatro largos chupetones al cigarro y
revistiendo un aire reflexivo y grave, respondio:
--Hombre (pausa); yo, en tu caso, principiaria por no estar enamorado.
El amor es para los _fanciullos_, no para ti y para mi.
--iEso es inevitable, Pepe!--exclamo el concejal en un estado tan triste
y miserable que daba pena verlo.
--Bien, pues si no puedes vencer esa _chifladura_, lo mejor es no darla
a conocer. ?Por que tratas de persuadir a Esperancita de que te mueres
por ella? ?Crees que eso sirve para algo? Procura convencerla de lo
contrario y veras cuanto mejor es el resultado.
--?Que quieres que haga?--pregunto con angustia.
--Que no te manifiestes tan rendido, hombre. Que no seas tan melon. No
vayas tanto a su casa. No la mires con ojos de carnero a medio degollar.
Llevale la cont
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