tarde o
jugar al tresillo de noche con los intimos. En el _boudoir_ solo
entraban algunas pocas amigas de confianza que iban a visitarla en horas
no senaladas. Aqui era donde celebraba esos coloquios secretos, tan
sabrosos para las mujeres, donde su pensamiento se vacia por entero,
pasando de lo mas escondido y profundo a las frivolidades del dia, los
pormenores del traje y de la moda.
Pocos segundos despues de quitarse el sombrero aparecio Estefania. Era
una jovencita palida con hermosos ojos negros. Vestia, dentro de su
condicion, con elegancia y primor. Por encima del traje traia un
delantal color gris orlado de puntilla blanca.
--iYa podias aguardarme, chiquilla! ?Donde estabas metida?--dijo con
tono de mal humor y distraido a la vez la senora.
--Estaba en la cocina.... Habia ido a darle unas puntadas a la falda de
Teresa, que se le ha roto en un clavo--repuso con afectada humildad la
doncella.
Clementina guardo silencio, absorta sin duda en sus pensamientos.
Colocada frente al espejo se dejo despojar del abrigo, contemplandose al
propio tiempo con esa curiosidad eterna que las mujeres hermosas sienten
por si mismas.
--?Has estado en casa de Escolar?--pregunto al cabo distraidamente.
--Si, senora.
--?Que ha dicho?
--Que no tiene ahora una seda tan doble en ese color, pero que si la
senora quiere enviara por ella.
--iPuf! Para ese viaje no necesitamos alforjas.... ?Y en _La
Perfeccion_?
--Si, senora. Que el sabado enviaran los gorros.
--?Has preguntado como seguia el padre Miguel?
--No he tenido tiempo.... iEsta tan lejos!...
--?Como lejos? ?Pues no has ido en coche?
--No, senora.... Juanito me ha dicho que la yegua estaba desherrada....
--?Por que no te ha puesto uno de los caballos normandos?
--No se.... Siempre encuentra alguna disculpa cuando la senora me manda
salir en coche.
--Tal me parece.... Descuida, hija: ya arreglare yo eso. iBueno esta el
senor Juanito, con sus infulas de indispensable!
Al echar una mirada a su doncella reflejada en el espejo, creyo observar
algo extrano en sus ojos. Se volvio para mejor verlo. En efecto,
Estefania los tenia enrojecidos.
--iTu has llorado, chica!
--?Yo?... No, senora, no.
La manera de negarlo era hipocrita. La senora no tuvo necesidad de
insistir mucho para que se lo confesase y aun la causa de su llanto.
--El jefe, senora--comenzo a gimotear--, el jefe, que las ha tomado de
poco tiempo a esta parte conmigo.... En cuand
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