e diez anos, habia muerto su
abuelo. Asi que, en cuanto llego a los diez y seis, comenzo a desempenar
el papel de hombre en la casa. Llevaba a su madre al teatro, la
acompanaba a hacer visitas: algunas noches, cuando hacia buen tiempo,
salia de paseo con ella por las calles, dandole el brazo como un marido
o un galan. La belleza de Isabel no disminuia con la edad. Al verlos
juntos, nadie imaginaba que eran madre e hijo, sino hermanos, cuando no
esposos. Esto era causa para el joven de cierto malestar. Porque como en
Madrid los hombres no se distinguen por un excesivo respeto a las damas,
oia, a su pesar, frases de admiracion, requiebros, lo que ha dado en
llamarse _flores_, que los transeuntes dirigian a su madre. Sentia, al
escucharlas, una mezcla extrana de vergueenza y placer, de celos y de
orgullo que le agitaba.
El viejo Martinez, despues de retirado del comercio, habia tenido
quiebras en su fortuna, consistente en acciones de una fabrica de
polvora que sufrieron depreciacion, y en valores del Estado. Solo les
dejo una renta de siete a ocho mil pesetas. Con ella vivian los tres con
economia, pero sin faltarles lo necesario, en un cuarto segundo de la
calle de Gravina. Raimundo siguio la carrera de ciencias. Queria ser
catedratico como su padre, y, dada la brillantez con que salia en los
examenes, nadie dudaba que lo consiguiera pronto. Mostraba tambien, como
su padre, decidida aficion a las ciencias naturales; pero en vez de
dedicarse a la Geologia, fijose con predileccion en la Zoologia, y de
esta en aquella parte que comprende el estudio interesantisimo de las
mariposas. Comenzo a hacer acopio de ellas, y desplego un afan y una
inteligencia que pronto le hicieron poseedor de una rica coleccion.
Antes de terminar la carrera, era ya un notable _entomologo._ Se habia
hecho construir escaparates que cubrian las paredes de su habitacion,
donde estaban expuestos los cartones con las mas raras y preciosas
especies. Estuvo ahorrando dos anos para comprar un microscopio, y por
fin adquirio uno bastante bueno que le proporciono grato solaz al par
que utilidad. Porque si bien aquel estudio particular no era suficiente
para obtener una catedra, le ayudaba no poco, dado que no es posible
profundizar cualquier ramo de la ciencia sin estudiar las relaciones
que mantiene con los demas, sobre todo con los mas proximos.
El dia que se hizo doctor, y fue justamente acabados de cumplir los
veintiun anos, la pobre Isabel experiment
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