londres_.... ?Las quieres? Te
las doy baratas.
--No me hacen falta ahora. ?Como las cedes?
--A cuarenta y siete.
--?Son muchas?
--Ocho mil libras entre todas.
--Siento no necesitarlas. Es buena ocasion. Adios.
Trasladose al Banco, asistio a la reunion, y despues de hacer efectivos
los nueve mil duros del _talon_, salio con su amigo Urreta, otro de los
celebres banqueros de Madrid. Al llegar cerca de la Puerta del Sol, se
dieron la mano para despedirse.
--?Adonde va usted?--le pregunto Salabert.
--Voy de aqui a casa de Calderon, a ver si puede facilitarme _londres_.
--Es inutil el paseo--repuso vivamente el primero--. Todas las que tenia
acabo yo de tomarselas.
--Hombre, lo siento. ?Y a como se las ha puesto?
--A cuarenta y seis, diez.
--No son baratas; pero me hacen mucha falta y aun asi las tomaria.
--?Le hacen a usted falta de verdad?--dijo Salabert echandole al mismo
tiempo el brazo sobre los hombros.
--De verdad.
--Pues voy a ser su Providencia. ?Que cantidad necesita usted?
--Bastante. Diez mil libras lo menos.
--No puedo tanto; pero por ocho mil, puede usted enviar esta tarde.
El rostro de Urreta se ilumino con una sonrisa de agradecimiento.
--iHombre, no puedo permitir!... A usted le haran falta tambien....
--No tanto como a usted.... Pero aunque asi fuera.... Ya sabe usted que
se le quiere mucho. Es usted el unico guipuzcoano con talento que he
tropezado hasta ahora.
Al mismo tiempo, como le llevara abrazado, le daba afectuosas palmaditas
en el hombro. Estrecharonse de nuevo la mano, y despues que Urreta se
deshizo en frases de gratitud, a las cuales contestaba Salabert en ese
tono brusco y campechanote que tanto realza el merito de cualquier
servicio, se despidieron.
El duque tomo inmediatamente un coche de alquiler.
--A la calle de San Felipe Neri, numero....
--Esta bien, senor duque--repuso el cochero.
Alzo la cabeza el procer para mirarle.
--iHola! ?Me conoces?
Y sin aguardar la contestacion se metio adentro y cerro la portezuela.
--Julian.... Julian--grito a su amigo antes de abrir la mampara del
escritorio--. Vengo a hacerte un favor.... iQue suerte tienes, maldito!
Mandame esas _londres_ a casa.
--iHola!--exclamo el banquero con sonrisa triunfal--. ?Las necesitas?
--iSi, f...., si! Siempre me ha de hacer falta a mi lo que a ti te
conviene soltar.... Adios....
Y sin entrar en el despacho dejo libre la mampara de resorte que tenia
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