llos que, a mas de ser de lo mas
ordinario y barato en el genero, ofrecian la curiosa circunstancia de
ser el uno demasiado largo y el otro tan corto que le faltaba cerca de
una cuarta para tapar por completo el cristal de abajo.
--Pero hombre, ya que no te mudes de casa deja ese dichoso comercio de
pieles, que no es digno de un hombre de tu representacion y tu fortuna.
--Fortuna ... fortuna--mascullo Calderon sin dejar de mirar el papel en
que escribia--. Ya se que se habla de mi fortuna.... iSi fuesemos a
liquidar, quien sabe lo que resultaria!
Calderon no confesaba jamas su dinero: gozaba en echarse por tierra.
Cualquier alusion a su riqueza le molestaba en extremo. Por el
contrario, a Salabert le gustaba dar en rostro con sus millones y
representar el _nabab_; por supuesto, a la menor costa posible.
--Ademas--siguio diciendo con mal humor--, todo el mundo se fija en lo
que entra, pero nadie atiende a lo que sale. Los gastos que uno tiene
son cada vez mayores. ?A que no sabes lo que llevo gastado este ano,
vamos a ver?
--Poca cosa--respondio el duque con sonrisa despreciativa.
--?Poca cosa? Pues pasa de setenta y cinco mil duros, y aun estamos en
Noviembre.
--?Que dices?--manifesto el duque con viva sorpresa--. No puede ser.
--Lo que oyes.
--Vaya, vaya, no me metas los dedos por los ojos, Julian.... A no ser
que en esos setenta y cinco mil duros esten incluidos los gastos de la
casa que estas fabricando en el Horno de la Mata.
--Pues naturalmente.
Al duque le acometio al oir esto tal golpe de risa, que por poco se
ahoga. Cayosele el cigarro. La faz, ordinariamente amoratada, se puso
ahora que daba miedo. El golpe de tos que le vino, acompanando a la
risa, fue tan vivo, que parecia que iba a desplomarse presa de la
congestion.
--iHombre, tiene gracia! itiene muchisima gracia eso!--dijo al cabo
entre los flujos de la risa y de la tos--. No se me habia ocurrido hasta
ahora.... De aqui en adelante incluire en los gastos de mi casa todas
las compras de valores y todas las casas que edifique. Voy a aparecer
con mas gasto que un rey.
La risa tan franca y ruidosa del duque molesto y corrio
extraordinariamente a Calderon.
--No se a que viene esa risa.... Si sale de la caja, en el capitulo de
gastos esta.... De todas maneras, Antonio, mas sabe el loco en su casa
que el cuerdo en la ajena.
El duque, de algun tiempo a esta parte, menudeaba las visitas a su amigo
y companero. Empezaba a hacerle
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