rta que su mujer dejo abierta, y acercandose a esta
le dijo con afectada naturalidad:
--El cajero me ha entregado hoy un recibo tuyo de quince mil pesetas....
Aqui esta.
Saco la cartera y de ella un papelito satinado y oloroso, que presento a
su esposa. Esta lo miro un instante con semblante grave, sombrio, sin
pestanear, y guardo silencio.
--Hace quince dias me entrego otro de nueve mil.... Aqui esta.
La misma operacion, y el mismo silencio.
--El mes pasado me presento tres; uno de siete mil, otro de once mil y
otro de cuatro mil.... Aqui los tengo tambien.
Osorio agito el punado de papeles un instante delante de los ojos de la
dama. Viendo que esta no despegaba los labios, pregunto:
--?Estas conforme?
--?Con que?--dijo secamente.
--Con que son exactas estas partidas.
--Lo seran si estan firmados los recibos por mi. Tengo poca memoria,
sobre todo en cuestiones de dinero.
--Es una gran felicidad--repuso sonriendo ironicamente Osorio, mientras
volvia a guardar en la cartera los papeles--. Yo tambien he intentado
muchas veces prescindir de ella. Desgraciadamente, el cajero se encarga
siempre de refrescarsela a uno.... iBueno!--anadio, viendo que su mujer
no replicaba--. Pues no he subido a otra cosa mas que a hacerte una
pregunta, y es la siguiente: ?Crees que las cosas pueden seguir de este
modo?
--No entiendo.
--Me explicare: ?crees que puedes seguir tomando de la caja cada pocos
dias cantidades tan crecidas como estas?
Clementina, que estaba palida cuando entro, se habia puesto fuertemente
encarnada.
--Mejor lo sabras tu.
--?Por que mejor?... Tu debes de saber adonde llega tu fortuna.
--Bien, pues no lo se--replico refrenando con trabajo su despecho.
--Nada mas claro. Los seiscientos mil duros que tu padre me ha entregado
al casarme, como estan en fincas producen, segun puedes enterarte de los
libros, unos veintidos mil duros. El gasto de la casa, sin contar con
el mio particular, suma bien tres veces esa cantidad.... Saca ahora, si
quieres, la consecuencia.
--Si te pesa que se gaste de tu dinero, puedes vender las casas--dijo
Clementina con desdenosa sequedad, volviendo a ponerse palida.
--Es que si se vendiesen, manana seria yo responsable con mi dinero de
su importe. ?No sabes eso?
--Firmare cualquier papel diciendo que no se te haga cargo de nada.
--No basta, querida, no basta. La ley no me exime nunca de responder de
la dote mientras tenga dinero.... Ademas, si tu
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