n sobre su
estado presente y forjan planes de emancipacion, hablando pestes contra
las mujeres. Ya existen dos clubs de esta clase, solidamente
constituidos uno de solteros y otro de casados.
Hasta hay jovenes que escriben, usurpando la pluma a las mujeres. Esto
indigna a nuestros venerables personajes del tiempo de la Verdadera
Revolucion que aun no han muerto, los cuales son partidarios del metodo
antiguo y proclaman la necesidad de que el hombre, para ser virtuoso,
debe vivir metido en su casa y no saber leer.
Algunos jovenzuelos audaces forman agrupaciones con el nombre de Partido
Masculista. Su doctrina la titulan el Varonismo. Pero debo anadir que
las mujeres se rien de esto, y los diarios lo aprovechan como un tema de
burlas e ironias para divertir a sus lectores.
Dentro de las casas la rebelion de los "varonistas" suele tener mas
importancia. A veces, la mujer, duena absoluta del hogar, como lo exigen
las buenas costumbres, se ve obligada a poner mal gesto y a infundir un
poco de miedo a su companero masculino, pues este pretende usurparle sus
funciones y grita que no quiere ser esclavo.
Me dira usted que asi empezaron las mujeres antes de la Verdadera
Revolucion; pero el caso no es el mismo. Solamente puede sonar con la
conquista del poder quien posea las armas, y mientras los "rayos negros"
hagan su trabajo destructor, nuestros antiguos despotas no llegaran a
conseguir que renazca el pasado.
VII
El mas grande de los asombros de Gillespie
Siempre que el doctor Flimnap se presentaba con algun retraso en el
alojamiento del gigante, creia necesario explicar el motivo de su
tardanza.
--Esta manana no pude venir, gentleman, porque asisti a una reunion de
autores de la _Gran Historia de las Mujeres Celebres._ Necesitaba dar
cuenta del estado actual del tomo cincuenta y cuatro, de cuya redaccion
estoy encargado. Falta poco para que lo termine, pero con la llegada de
usted tuve que suspender tan importante trabajo.
Y como Gillespie mostrase cierta curiosidad por la enorme obra, el
profesor le dio explicaciones sobre su caracter y sus tendencias.
Era el Padre de los Maestros el que la habia ideado, con la noble
ambicion de hacer olvidar hasta los mas remotos vestigios de la soberbia
masculina. Momaren consideraba necesario demostrar al mundo actual que
los grandes benefactores de la humanidad y del progreso habian sido
siempre mujeres. Los creadores de religiones, los filosofos, los santos,
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