ia de Machin. Al saber luego que
yo habia desaparecido, comprendieron el plan del poderoso enemigo
nuestro.
IV
ARDIDES DE GUERRA
Al ver a Machin de nuevo, comprendi que se habia declarado entre los dos
una guerra a muerte. El, con su dinero y su influencia, podia hacerme
mucho dano; yo tenia de mi parte a casi todos los pescadores y marineros
dispuestos a defenderme.
No era facil que mi enemigo me cogiese desprevenido como la otra vez;
contaba con una policia espontanea que vigilaba mis pasos.
Mi madre estaba deseando que me casara cuanto antes, pero habia que
pedir dispensa por razon de parentesco; en la fe de bautismo de Mary
aparecia como hija legitima de Juan de Aguirre y Lazcano.
Un dia, al volver a casa, me encontre con que habian dejado un bulto
para mi. Era una caja de unos veinte centrimetros en cuadro, muy
empaquetada y llena de sellos de lacre.
--?Que es eso?--me dijo mi madre.
--No se.
--?Has pedido algo?
--Yo, no.
--Pero, ?esperas alguna cosa?
--Ninguna.
Desate el paquete, le quite el papel, y aparecio una caja de metal con
su asa, y en esta una llave sujeta por un cordon. En la tapa, en una
banda de papel pegada, ponia: "Muy reservado. Para abrirla a solas".
Estaba soltando la llave para meterla en la cerradura, cuando mi madre
me dijo:
--No la abras; no se por que me parece que viene algo malo para ti
dentro.
Me detuve. La verdad es que esta caja con su advertencia era sospechosa.
Pesaba lo menos tres o cuatro kilos. La deje sin abrir, cogi los papeles
que la envolvian, y mire a ver si en ellos habia alguna indicacion de su
procedencia. Nada; no habia nada. Llamamos a la criada, que era una
muchacha nueva.
--?Tu has recibido esta caja?--le pregunte.
--Si.
--?Quien la ha traido?
--Un hombre.
--Me lo figuro. ?Pero que hombre? ?Un hombre de aqui del pueblo?
--No; yo al menos no le conocia.
--?Cuando ha venido?
--Un poco despues de llegar la diligencia.
--?Y que ha hecho?
--Nada; ha preguntado por usted, ha dejado el paquete y se ha ido.
--?Le has visto luego en la carretera?
--No.
--?Ha pasado la diligencia en seguida?
--Si; no ha tardado mucho.
--?De manera que se ha podido marchar en el coche?
--Si; muy bien puede ser.
A la manana siguiente, cuando paso Samson, el cochero, le pregunte si
recordaba las senas de un hombre con una caja, que habia venido en el
coche el dia anterior; pero no recordaba mas que de un carnice
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