quien
llamabamos la Shele. Yo bromeaba mucho con ella cuando iba a a tomar
cafe a Aguirreche.
--?Que hay, Shele?--la decia.
--Nada, senor medico.
--?Cuando piensas casarte?
--Cuando me quieran--contestaba ella con gracia.
-?No tienes novio todavia?
--No.
--?Pues en que estas pensando?
--Ella sonreia mientras llenaba las tazas de cafe. La Shele era muy
bonita, muy modosita, muy fina. Era este tipo vascongado, esbelto, que
tiene algo de pajaro. Muchas veces yo pienso--anadio el medico
viejo--que nuestra raza no es fuerte. Esto no lo digo delante de un
forastero, no, jamas. Esta raza vasca es bonita, fina de tipo, pero en
general no es fuerte. Tiene mas resistencia la gente del centro:
aragoneses, riojanos y castellanos. Esta es una raza vieja que se ha
refinado en el tipo, aunque no en las ideas, y que no tiene mucha fuerza
orgacica. Tu habras visto que aqui una muchacha se casa y al primer hijo
se le caen los dientes, parece que se le alarga la nariz.... Pero me
alejo de mi historia. Vuelvo a ella.
Una manana de invierno muy hermosa y muy clara me llamaron para ir a
Aguirreche. Hacia pocos dias que tu tio Juan habia marchado a embarcarse
a Cadiz.
--Esto es un hospital--me dijo tu abuela--. Todos estamos enfermos.
Vi a tu abuela, a tu madre, a tu tia Ursula, y, al marcharme, me
dijeron:
--Espere usted, que tambien la Shele esta mala.
Entro la muchachita, muy palida y muy triste, y saludo, sin levantar los
ojos del suelo.
--Vamos, acercate--le dijo tu abuela.
Pude notar que la Shele sufria y que las comisuras de sus labios
temblaban, como por un sufrimiento contenido.
--?Que tiene esta muchacha?--pregunte yo alegremente.
--Debe estar enferma del estomago--dijo tu abuela--. Tiene vomitos,
esta ojerosa.
Contemple a la muchacha, que bajo la vista; le tome el pulso, y dije:
--Que vaya a mi casa y la reconocere mas despacio.
--Bueno, ya ira. ?Cree usted que tendra algo grave?
--Ya veremos.
Me despedi de la familia y segui haciendo mi visita.
II
LA CONFESION
Acababa de tomar cafe; estaba charlando con mi madre y mi hermana en esa
pequena galeria de cristales que da a la huerta, cuando entro la Shele.
Acudi a su encuentro, la pase al despacho y cerre la puerta.
--Sientate--la dije.
La muchacha se sento y yo comence el interrogatorio.
--?Hace mucho tiempo que estas en Aguirreche?
--Si, ya va a hacer mucho tiempo.
--?Cuantos anos tienes?
--Diez y o
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