fuese.
Un marinero holandes de la tripulacion de _El Especulador_, un barco
pirata que dio mucho que hablar en su tiempo, entablo negociaciones con
el, y se comprometio a cederle una mina despues de terminada. Ugarte
comenzo a mostrarse mas docil con la esperanza de la fuga.
El holandes hizo parte de su galeria; pero a la mitad del trabajo un
vigilante encontro la mina, y hubo que suspender la obra.
Ugarte, despues de esta tentativa frustrada, ya no me dejo vivir en paz.
Todos los dias me exponia uno o dos proyectos. La idea de la evasion le
obsesionaba; gracias a aquella idea fija podia estar tranquilo.
Yo comenzaba a acostumbrarme a la vida del ponton. La posibilidad de
quedar en el pantano para servir de pasto a los cuervos no me seducia.
Ugarte estaba enfermo, irritado por los castigos, y me excitaba
preguntandome si es que tenia miedo.
Yo trate de convencerle de que habia que conservar la energia para los
momentos graves, sin malgastarla estupidamente en rabiar por cosas
futiles; ademas, le adverti que la condicion indispensable para que
aceptase un plan de fuga era el que fuese sencillo. La unica garantia
del exito era la sencillez.
Nos asociamos Ugarte, Allen y yo. Discutimos varios dias un plan, hasta
que llegamos a aceptar uno. Consistia este en hacer un agujero en el
muro de la barraca donde dormiamos, para salir a cubierta. De aqui habia
que subir a la toldilla, que ocupaba casi la mitad posterior del barco,
descolgarnos por las galerias de la camara del comandante con una
cuerda, y echarnos al mar.
Yo puse como condicion previa que no nos defendieramos ni mataramos a
nadie. Era tan dificil salir del ponton, ganar la costa y salvarse, que
habia que pensar que teniamos cien probabilidades contra una de volver.
Comenzamos los preparativos, Ugarte habia recibido dinero y estaba
dispuesto a pagar.
Por mediacion de nuestra masoneria nos trajeron unas limas, una sierra,
una brujula de bolsillo y manojos de canamo para hacer cuerda.
Dormiamos todos en hamacas. Era en invierno, y quedamos los tres
convenidos en permanecer con la cabeza tapada, como si tuvieramos frio.
La idea era ir acostumbrando al _master_, cuando hacia la requisa, a que
nos viera en una misma posicion, y hacerle creer, en dias sucesivos, que
nos dormiamos en seguida.
Tambien convinimos en no hablarnos delante de gente. Para que no chocase
su cambio de conducta, le aconseje a Ugarte que fingiera de cuando en
cuando algun
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