chas formadas por las barcas en el muelle silencioso.
La marcha del patache era lenta; yo les ayudaba a los marineros en la
maniobra.
--Ahora mandare un hombre a que recoja mi equipaje. Me voy, porque tengo
prisa--dije.
--Bueno, bueno--me contesto el patron.
Fui saltando de barca en barca hasta ganar las escaleras del muelle.
Estaba desierto. Yo sentia una gran angustia. Al pasar por el taller de
tornero de Zelayeta encontre a mi amigo; le cogi del brazo y le pregunte
lo que se decia en el pueblo de Mary y de Machin. Su contestacion me
tranquilizo. Era verdad que Machin galanteaba a la chica, pero ella no
le hacia caso.
--Puedes estar sin cuidado--me dijo.
Y ya menos inquieto, fui a casa de mi madre.
II
DIAS FELICES
Al amanecer del dia siguiente me levante muy de manana. Estaba el tiempo
templado. Saque una silla al balcon, me sente, y apoyado en la
barandilla estuve contemplando el pueblo y la casa donde vivia Mary.
El sol se levantaba, ahuyentando las nieblas; el viejo campanario, las
casas, el puerto, la punta del Rompeolas iban apareciendo ante mi vista.
No se que influencia deprimente tiene en mi la manana, que es como una
matadora de ilusiones; todo lo que me parece facil y asequible de noche
se me figura erizado de dificultades al amanecer.
Era demasiado temprano para ir a ver a Mary. Estaba impaciente; sali de
casa, y en la carretera me encontre con el medico viejo. Era gran
madrugador y salia temprano para su visita. Le salude, le acompane, le
dije si conocia a Mary y le pregunte que se decia en el pueblo de las
galanterias de Machin.
--Nada malo. Puedes estar tranquilo. No creo que le haga el amor a Mary.
Esta correctisimo con ella y la trata con gran consideracion.
--Sin embargo ...--murmure yo.
A pesar de las palabras del medico viejo no me tranquilice, y, con esta
tendencia que se tiene a aumentar el propio mal, le pedi informes de
Machin.
--Machin es un hombre de una voluntad de hierro--me dijo el medico--. Tu
le conoceras.
--No; no creo haberle visto nunca.
--Pero habras oido hablar de el.
--Poco.
--Pues Machin es hijo de un caserio de tu abuela. No se si navego un
poco; pero si navego, no le tomo gusto al oficio. Yo solia decir de el,
cuando andaba vagabundeando por el pueblo, que era un lord Byron de
taberna. Juan Machin se fue a Bilbao y se confundio con los holgazanes y
perdidos de baja estofa que pueblan de noche el barrio de Miravilla;
pero, de
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