eca.
Mary estaba enfurrunada.
--?Que le pasa a usted?--la dije.
--Nada.
--No, algo le pasa. ?Esta usted incomodada conmigo?
--Si.
--?Por que?
--iA mi no me ha traido usted anillo!--me dijo, dolorida.
--No importa; le comprare otro mas bonito.
--No, no; yo lo quiero igual que el de Quenoveva.
--Pues como el de Quenoveva.
--Ademas--anadio con la voz prenada de lagrimas--, su madre de usted no
me quiere.... Ha dicho que yo soy una chica mala ... que ando tirando
piedras. Su madre de usted no me quiere ... usted tampoco. Solo mi padre
me queria y yo voy a reunirme con el.
Y la chica, en un momento de arrebato, se acerco al acantilado con
intencion de tirarse al mar; yo la cogi de un brazo y la retire de alli.
--Mary--la dije agarrandola energicamente y zarandeandola con furia--.
iCuidado con hacer necedades!
La muchacha comenzo a sollozar con inmensa amargura. La deje que llorase
largo rato, haciendome el incomodado, y despues, ofreciendole la mano,
le dije:
--Vamos, Mary, que empieza a llover.
Ella puso entre la mia su mano pequena y callosa, y comenzamos a subir
el Izarra. Ibamos escalando el monte, deprisa, huyendo del agua. Llovia
cada vez mas fuerte, cuando llegamos cerca de la cueva de la
_Egan-suguia._
--Entremos aqui--dijo Mary, que, despues de las lagrimas, habia quedado
sonriente y de buen humor.
--Ahi, mi querida Mary--le dije yo--, hay, segun dicen, una gran
serpiente con alas, con garras de buitre y cara de mujer, que se llama
_Egan-suguia._
--?Y que hace?
--Envenena con el aliento y se come a los chicos.
--?Quien la ha visto?
--Creo que nadie la ha visto.
--?Y usted la tiene miedo?
--Yo, no.
--Pues vamos a entrar en su casa.
--Vamos.
Entramos en la cueva. No estaba, como en mi tiempo, llena de malezas,
sino completamente limpia; en el fondo habia una cama de paja, de algun
pastor.
--?Donde estas, _Egan-suguia?_--dijo Mary--. Ven, que queremos hablarte
y darte las gracias porque nos prestas tu casa. iNo aparece!
--Estara haciendo algun recado--replique yo--. Quiza se haya perdido por
el monte o ande buscando un paraguas por las calles de Luzaro.
--iPobrecita! iEn una cueva asi debe tener mucho frio! Yo no creo que
esa _Egan-suguia_ sea tan mala como dicen. Si se comiera los ninos, aqui
estarian los huesos, y no hay nada.
--Es que tiene el estomago fuerte y la picara de ella se los traga.
Ahora, Mary, ?que hacemos? ?Quiere usted que vaya
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