, la boina grande, de gascon; llevaba patillas cortas, que entre
los marinos franceses solian llamar patas de conejo, y por debajo de la
manga se le veian en las dos munecas unas anclas tatuadas, de color
azul. Tenia la nariz larga, los ojos pequenos, las cejas como pinceles y
un rictus sardonico en los labios.
Al decirle su hijo que eramos vascos, levanto los brazos al aire con
grandes extremos.
[Ilustracion]
--?De que pueblo?--nos dijo en vascuence.
--De Luzaro.
--?Espanoles?
--Si.
--Yo soy vasco-frances. Nuestra tierra es muy buena, ?eh? Yo no digo que
la Gironda sea mala, no. Es un pais rico; pero la tierra vasca es otra
cosa.
Luego, mirandome con fijeza, me pregunto:
--?De que pueblo habeis dicho que sois?
--De Luzaro.
--iLuzaro!--exclamo el viejo--. Yo he conocido a alguien de Luzaro. iAh,
si!--anadio, llevandose la mano a la frente--. El piloto de _El Dragon_
... Tristan, Tristan de Ugarte.
Tristan de Ugarte era el nombre con que el medico de Elguea habia
extendido la partida de defuncion de mi tio, y _El Dragon_ el nombre del
barco en donde habia navegado Juan de Aguirre, segun me conto Francisco
Iriberri.
--?De manera que usted ha conocido a Tristan de Ugarte?--pregunto el
viejo.
--Si. ?Usted tambien lo ha conocido?
--iYa lo creo! iEra pariente mio!
--Es verdad ... Se parece usted a el en la voz..., en algo, no se en
que ... ?Y que fue de su vida?
--Murio hace unos meses.
--?En Espana?
--Si.
--?Con quien vivia?
--Con su hija y con un criado, alto, rojo ...
--?Escoces, quiza?
--Si.
--Allen: lo recuerdo.
--?Y en que condiciones le conocio usted a mi pariente?--le dije.
--?Esta usted para bastante tiempo aqui, mi oficial?--me pregunto el
viejo.
--Manana por la manana he de zarpar para Buenos Aires.
--Pues si no tiene usted algo mas importante que hacer, venga usted esta
tarde a las cinco; le contare lo que se de Ugarte.
--Muy bien. A las cinco estare aqui.
--Ahora, vamos--anadio el viejo, dirigiendose al capitan de la _Dama
Zuri_--, a nuestros asuntos.
Me despedi del capitan y de Itchaso, fui a mi barco, y a las cinco en
punto estaba en el muelle de Borgona, en la tienda de objetos navales.
El viejo Itchaso me esperaba, e, inmediatamente de llegar, me paso a un
cuarto pequeno con una ventana que daba al muelle.
Desde alli se veian los mastiles entrecruzados de las fragatas y
bergantines, de las goletas y pailebots.
Habia en el cua
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