_. Yo soy mujer de opinion.
--Jesus, Leoncia: ?y no me haces ese gusto?
Dona Leoncia empezo a reir con mucha gana; y el buen Carrascosa, que no
estaba dispuesto aquel dia a ponerse serio, se sereno y concluyo por
reirse tambien.
--Mira que esta tarde voy con dona Patronila y la Juliana a merendar a
Chamartin. Dona Ramona vendra tambien, y si tu vienes, cantaras aquellas
seguidillas que sabes.
--Yo no estoy para seguidillas. Lo que me carga es que vaya ese don
Ramoncito, que me tiene ya hasta aqui. Mira, mira, Leoncia: si lo echas,
estare cantando seguidillas cuatro dias seguidos. iAh! No me acordaba:
?sabes que estamos arreglando una procesion en las Maravillas? Ya te
proporcionare un balcon para que la veas. Va a estar muy lucida, y salen
mas de veinticinco santos y todas las cofradias de Madrid.
--Mira, Gil, no te andes con procesiones, que es cosa que no me gusta.
?Con que vienes a Chamartin?
--Si: bueno es que nos vayamos alla, porque hoy hay jarana en Madrid, y
se me antoja que habra tiros por esas calles.
--iJesus; y Santa Librada! iOtra jarana!--dijo la vizcaina con el rostro
descompuesto y mudado de color.--Pero ?que hay?
--Ahi es nada. Que esos locos de la _Fontana_ van a pasear el retrato de
Riego con musica y todo. La autoridad ha prohibido esa procesion, y
ellos dicen que la habra. Veremos quien gana. Ya anda la gente por ahi
alborotada y pronto hemos de ver el tumulto.
En efecto, el ruido no se hizo esperar: un gentio inmenso ocupaba la
vecina plazuela de Santa Ana, y hasta la tranquila mansion de dona
Leoncia llego el rumor de las voces. La criada, que venia de comprar,
entro dando gritos de terror y diciendo que habia sentido unos
grandes canonazos. A los gritos de la gallega despertaron los tres
amigos y Lazaro.
--?Que hay?--dijo Javier.--?Que algazara es esa?
--?Que ha de ser sino la procesion?--dijo el Doctrino.
Lazaro se levanto dolorido, porque con la molesta posicion que en el
sueno tomo, parecia que se le habia roto el espinazo. Abrieron el balcon
y miraron. Dona Leoncia entro en el cuarto del poeta dando alaridos y
manoteando.
--iJesus!, iJesus! iNo abran ustedes el balcon, que se nos va a meter
aqui alguna bomba! ?No oyen ustedes los canonazos? iJesus, que disparos
tan fuertes!
--Senora, usted esta sonando con los canonazos.
--No te alarmes, Artemisa, Electra....
--iCierren ese balcon!
Los cuatro jovenes eran muy curiosos para contentarse con mirar desde
el
|