rmano de la que te dio el ser. Un abismo nos separa; no hay
reconciliacion posible. Es preciso que nos odiemos de muerte. Huye de
mi; para mi no eres projimo. Hay cosas que estan por encima de los
vinculos de la familia. La vida no se reconcilia con la muerte, ni la
luz con la obscuridad. Adios.
Iba a salir; pero Lazaro, tremulo de asombro, le detuvo, y le dijo con
mucha turbacion:
--Pero, senor, no me abandone usted, hableme usted. Yo quiero que
pensemos de la misma manera.
A pesar de todo, el anciano le inspiraba respeto y veneracion; y al ver
que reprochaba sus ideas, sintio ese impulso de subordinacion tan
natural en un joven da temperamento impresionable.
--Si eres de esos--continuo Elias,--vuelve a tu pueblo y no hables de
mi; no digas que me has visto; no creas que existo; y es verdad: para ti
he muerto.
--Pero deje usted que me explique...
--?Que vas a decir?
--Yo pienso ... usted comprendera que yo tengo mis ideas ... he leido y
tengo convicciones, si, senor; estoy profundamente convencido....
--Tu, pobre nino, ?que puedes saber?... ?que convicciones puedes tener?
No sabes otra cosa mas que las falsedades leidas en cuatro libros que
debieran arder en llamas alimentadas con los huesos de sus autores.
A cada palabra se hundia mas Lazaro.
--?Sera posible--dijo con desconsuelo,--que usted me pueda arrancar mis
creencias, que yo he alimentado con tanto carino y que me dan la vida?
No, no podra usted: y si al fin, con la fuerza de su talento, pudiera
conseguirlo, yo le ruego que no lo haga y me abandone. Que nos separe
ese abismo que usted dice: y si yo estoy en el error... Pero no lo
estoy, yo se que no lo estoy...
--Iluso, fanatico, vano ... porque solo vanidad es eso, vanidad de
Satan--dijo Elias con severidad; y despues anadio con mas fuerza:--Pero
yo te sacare de esa miseria.
Estas palabras fueron pronunciadas con tan profundo acento de
conviccion, que el sobrino no pudo contestarlas, y se hundio mas.
--?Que intentas hacer? ?Que esperas? ?Piensas que esto va a continuar
asi por mucho tiempo? Te equivocas, que Espana esta a punto de reconocer
su error. Mira como rebulle por todas partes. El odio a la Constitucion
late en todos los corazones honrados. Pronto veras al Rey recobrar sus
sagrados privilegios, que solo Dios con la muerte puede quitarle.
--iOh, senor! ?Y lo que este pueblo ha conquistado con tanta sangre,
sera perdido por el orgullo de un solo hombre? Si asi fuera, yo
ren
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