z ingenioso y a veces grosero.
En 1821 estos procedimientos estaban aun en boga, y Bozmediano era
maestro consumado en el asunto. Conocia el resorte de los barberos, de
las terceras, de los abates, siendo muy diestro en el uso de disfraces,
enganos y supercherias amables, como entonces se llamaba a estas cosas.
Si no pudo emplearlos en la aventura que le vemos emprender, a causa de
las singulares, costumbres de las tres senoras, no fue culpa suya; y
solo a los obstaculos y dificultades que presentaba el terreno, se
debio, como el decia, que empleara medios un poco mas violentos.
CAPITULO XXI
#iLibre!#
Ante todo, Bozmediano, guiado por un sentimiento facil de comprender,
resolvio firmemente hacer cuanto en su mano estuviera para poner en
libertad al pobre Lazaro. Servir al que podia considerar como su rival,
le parecia un acto que podia asegurarle la benevolencia de Clara; y esta
benevolencia, bien y astutamente dirigida, podia convertirse en amor. No
procedia este como los amantes vulgares, en quienes la pasion no es mas
que un egoismo un poco espiritualizado. En Bozmediano los movimientos de
delicadeza y generosidad eran espontaneos y vehementes.
No le fue dificil conseguir lo que apetecia. El secretario del jefe
politico, informado por la policia, le dijo que el preso era un
agitador, pagado por los amigos de la reaccion; pero Claudio lo disculpo
cuanto pudo, diciendo que era un joven sin experiencia ni juicio; y al
fin, despues de muchos empenos y recomendaciones, se dio la orden para
ponerle en libertad.
Bozmediano se dirigio a la Carcel de Villa. Lazaro, despues de la visita
de su tio, habia caido en lugubre abatimiento. Aquella fiebre angustiosa
que llenaba la imaginacion de alucinaciones terribles, haciendole sufrir
tan grandes tormentos, habia degenerado en lento marasmo, en un letargo
moral que le embrutecia. Su inteligencia, tan viva y brillante en otras
ocasiones, estaba adormecida; y recostado en un rincon, con la vista
fija en el angulo opuesto, sus ojos buscaban la obscuridad como unico
descanso. El descuido, el abandono, la atonia y un sopor estupido se
pintaban en su actitud.
Cuando le notificaron que estaba libre, tardo mucho en adquirir la
completa nocion de aquel cambio. Rehaciendose un poco, creyo que a su
tio debia semejante favor, con lo cual la persona de Elias gano
momentaneamente su afecto. Pero al salir encontro a Bozmediano que le
saludo con mucha cortesia, repitie
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