.. Por fin pudo decir:
--Por Dios, escuchame. Yo te contare.--?Que me vas a contar?--dijo el
mas colerico.--Pero si voy a matar a ese hombre ... iOh! Clara--anadio
transformando su ira en intenso dolor.--?Como has podido tu ...? Yo estoy
loco, sin duda. Lo que he visto es una locura.
--No ... yo te explicare--le dijo ella recobrando su valor.--Ese hombre,
yo no lo conozco ... Un dia entro en casa ... me dijo....
--No me hables, no me mires ... Todo lo he sabido. ?Por que mi tio te
puso en esta casa? ?Que hiciste alla? ?Por que estas senoras te tienen
encerrada y sin ver a nadie? ?Que has hecho? No te puedes disculpar, no.
Soy un necio si hago caso de las disculpas que me vas a dar. Bastantes
pruebas he tenido. iY fui tan ciego que nada quise creer! ... Nada mas
debo decirte ... ?Por que te he conocido? Mia es la culpa; no tengo
derecho para acusarte. Eres libre. Adios.
Y salio muy a prisa sin esperar respuesta. Salio como un demente, y dio
muchas vueltas por la casa sin saber a donde iba. Si en aquel momento
se le hubiera presentado su tio, reprendiendole con su impertinencia
acostumbrada, Lazaro le hubiera atropellado, le hubiera maltratado,
hiriendole tal vez. Al fin llego a la puerta, trato de recobrar su
serenidad, abrio y bajo. Una vez en la calle, sintio el corazon tan
oprimido, que le fue imposible dejar de llorar.
Pero no le falto calma hasta el punto de olvidar que las viejas le
esperaban, y que su ausencia podia aumentar la gravedad de aquella
aventura. Dirigiose a la calle de San Mateo, procurando por el camino
dominar su agitacion y disimular todo lo posible. Despues de atravesar
varias calles sin acertar con lo que buscaba, llego a la casa de los
Entrambasaguas. Felizmente aun duraba la procesion. Entro en la casa,
subio y hallo a Salome en extremo impaciente, mientras Maria de la Paz
se hallaba en un estado de irascibilidad terrible.
--Ha tardado usted mas de una hora: ?donde ha ido usted?--exclamo
mirando al joven con recelo.
--Senora ... senora ...--dijo Lazaro balbuciente,--no he podido ... Se
ha agolpado la gente en la calle ... y me he encontrado entre la
multitud sin poder volver. Despues una mujer cogio el ridiculo y echo a
correr por esas calles. Ya se ve: tuve que seguir tras ella, y casi no
la alcanzo.
--Vamos, caballerito ... Si ha estado despejada la calle desde
hace una hora.
Salome se apodero de la prenda que creia perdida, y registro a ver si
faltaba algo.
--Sin duda s
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