un hombre que penetra a hurtadillas en la
casa en que una joven esta sola, y mucho mas cuando estos juicios estan
formados despues de antecedentes muy claros. Yo no he venido aqui a que
usted me explique nada. No tengo duda, sino certidumbre, de la infamia
que usted ha cometido. He venido tan solo a tener el placer de decirle
a usted que es un mal caballero y un hombre corrompido; a sufrir las
consecuencias de esta acusacion, porque yo no temo a adversario
ninguno, por temible y fuerte que sea, cuando me creo obligado a vengar
un agravio.
--Pues yo, que jamas he tratado de evadirme de las consecuencias de un
asunto semejante--dijo Bozmediano con mucha energia;--yo, que no me dejo
castigar de nadie, ni he permitido que jamas hombre alguno pronuncie
contra mi una voz injuriosa, una reticencia, una alusion cualquiera, voy
ahora a explicarme con usted en esta cuestion, esperando que se convenza
y retire todo eso que ha dicho usted al entrar aqui. Todo lo comprendo,
es natural: por lo mismo lo olvido hasta ver si, despues de lo que yo
digo, insiste usted en repetirlo.
--Hable usted: yo lo deseo.
--Yo no he visto a Clara mas que tres veces--continuo Bozmediano.--Ella
no sabe ni como me llamo, ni quien soy. Me ha visto poco, y le soy tan
indiferente, que puedo asegurar que ocupo en su corazon el mismo lugar
que una persona desconocida. Un dia encontre a ese malhadado viejo
fanatico en la calle: le lleve a su casa, y vi a Clara por primera vez.
Me hablo; y con la sencillez propia de su caracter y la franqueza que da
la necesidad de expansion y trato, me conto algunas cosas de aquella
casa. No le negare a usted que desde entonces me intereso muchisimo; que
pense en que nada podia satisfacerme tanto como sacarla de la prision,
darle alegria y librarla de la tutela de aquel hombre sombrio, capaz de
poner triste a la misma felicidad.
Bozmediano conto despues la segunda entrevista con Clara, recordando
hasta algunas palabras de sus dialogos con ella. El otro joven oia con
mucha atencion aquel relato, hecho con toda la veracidad posible.
--Yo sere franco, y no ocultare a usted mis sentimientos, mis primeras
intenciones--continuo--para que pueda usted juzgarme mejor. Al
principio vi en Clara el objeto de una aventura; y a pesar de que me
inspiraba mucha lastima y un verdadero interes, no podia menos de
proceder con cierta ligereza en la formacion de mis planes. No lo
negare: yo no pretendo desfigurar los hechos; esta confesi
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