en tan delicado
asunto. Experimentaba emocion muy grande para detenerse en dudas crueles
y rencores poco generosos, que un alma elevada deja siempre a un lado al
contemplar los grandes infortunios.
Cuando Claudio se marcho, Lazaro se sento junto al lecho, y alli estuvo
mucho tiempo inmovil mirando a la enferma, estatua que contemplaba otra
estatua, casi tan palido como ella, esperando a cada expansion del
aliento que despertara, observando con la atencion moribunda de amante
la oscilacion de aquella vida comprometida en una crisis. Por fin Clara
se movio, pronunciando algunas voces mal articuladas. El joven pudo
distinguir claramente: "iSenora, por Dios!..." Despues agito una de sus
manos como quien quiere retirar algo, y por fin abrio los ojos. Se
aparto los cabellos que en desorden le cubrian la cara; tuvo un gran
rato la mano ante los ojos, y la aparto despues. Sus ojos se clavaron en
la persona que tenia delante, y por mucho tiempo permanecio mirandole,
cual si no tuviera conocimiento de lo que veia, o como si su sorpresa
fuera tal que no pudiera creer lo que estaba viendo. Despues extendio el
brazo lentamente hacia el y le nombro con voz muy debil.
--?No sabes por que estoy aqui?--dijo Lazaro conmovido.--Me parece que
no nos hemos visto desde mi pueblo. Aun no creo que hayas podido estar
en aquella maldita casa.
--?En que casa?--dijo Clara, como afectada de profunda confusion.
--Alli, en casa de esas mujeres--contesto el con tristeza, recordando
los dolores de aquella vivienda.
--iAy!--exclamo Clara.--Yo no quiero volver; quiero morirme aqui antes
que volver. Estoy en casa de Pascuala, ?no?
Al decir esto, reconocia el sitio con ansiosa mirada.
--Si; ya no estas, ya no estamos alli--dijo el, acercandose mas.
--No volvere, no me llevaran. ?No es verdad? Tu no volveras tampoco.
--iQue he de volver! Si aquella casa ha sido mas terrible para mi que el
infierno mismo. La detesto, y detesto a los que la habitan. Alli he
padecido en una sola noche mas que en toda mi vida. Ya no vuelvo, no.
Clara parecio escuchar esto con mucha atencion; despues le estuvo
mirando fijamente por largo rato con cierto asombro.
--?Por que me miras asi?--pregunto Lazaro.
La huerfana tardo en responder; pero al fin, con voz lenta y
carinosa, dijo:
--?Hace mucho tiempo que no te he visto?
--No hace tanto. Me viste una tarde: el domingo.
--Si ... ya me acuerdo. iQue dia! ?Sabes que me echaron porque decian
que habia
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