a esperar; he de verle antes. Ademas, yo no como aqui; yo no
vuelvo aca, senora ... Ahora me despido de usted para no volver mas.
Dona Paulita se quedo mirando al joven como si oyera de sus labios la
cosa mas inverosimil y mas absurda.
--iPara no volver!--dijo cerrando los ojos.--No, no lo puedo creer; no
es cierto.
---Si, senora; es cierto. Yo no puedo estar en esta casa ni un dia mas.
Adios, senora.
--Lazaro--murmuro la devota, asiendose al brazo derecho del joven como
un naufrago que encuentra una tabla en momentos desesperados.--iUsted se
va ... se va! Y yo me quedo aqui para siempre. iOh!, quiero morirme mil
veces primero.
El joven estaba confundido. Aterrabale la actitud dolorida de la mujer
mistica, sus labios tremulos y secos, la expresion de su rostro, que
anunciaba la mas grande desesperacion.
--Yo soy una muerta, yo no vivo--dijo ella.--Yo no puedo vivir de esta
manera ... Ya le dije a usted que no era santa, y icuan cierto es! Hace
tiempo que me he transformado ... Puedo nacer a la verdadera vida, puedo
salvarme, puedo salvar mi alma, que va a sucumbir si permanezco de este
modo. Yo espero vivir.... Al ver que usted tardaba, la esperanza comenzo
a faltarme; pero usted ha venido. ?No puedo creer que Dios me lo ha
enviado? Hay cosas que nosotras no podemos decir; pero yo las digo,
porque me siento destrozada interiormente. Ha llegado para mi el momento
de dejar una ficcion que me mata; yo no se fingir. Crei que Dios me
reservaba para una vida ejemplar, de continua devocion y tranquilidad;
pero Dios se ha burlado de mi, me ha enganado, me ha hecho ver que la
virtud con que yo estaba tan orgullosa no era otra cosa que una farsa, y
aquella aparente perfeccion un desvario. Yo no habia vivido aun, ni me
habia conocido. No puedo estar mas aqui; porque esto seria prolongar
este engano, que antes fue mi mayor placer y ahora mi mayor martirio.
--Senora--dijo Lazaro, que comprendio al fin toda la profundidad del
nuevo caracter de la devota, y vio claro en lo que antes era para el un
misterio.--No se agite usted sin razon. Sea usted libre y no sacrifique
su felicidad a exigencias de familia. Las dos senoras que viven con
usted son muy intransigentes.
Queria el joven evadirse, con esta salida, de la contestacion enojosa
que las palabras y la actitud de la santa parecian exigir.
--No me importa su caracter--dijo esta.--Yo las quiero, son mis
parientas y companeras de toda mi vida. Despues que yo tome una
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