abla figurado. Tenia una sospecha ...
Aquella mujer es muy rara. iSi vieras que miedo me daba cuando se ponia
a orar, quedandose mucho tiempo quieta e insensible, como si estuviera
muerta! Se ponia de rodillas, miraba al techo, y asi estaba dos o tres
horas sin moverse, y hasta parecia que no respiraba. La tocaba yo, y
nada; la llamaba, y no respondia. Por fin, despues de mucho tiempo,
daba un suspiro y volvia en si.
--?Y eso le pasaba con frecuencia?
--Si; muchas veces.
--Hay una enfermedad--dijo Lazaro--que llaman la catalepsia, y consiste
en un paroxismo, durante el cual la persona pierde el movimiento y el
habla, quedandose como muerta. Dicen que una de las causas que motivan
esta enfermedad es el misticismo religioso y el habito de los extasis
y visiones.
--Eso sera lo que tiene. iPobre Paulita!
Aquella noche estaban los dos en el mismo cuarto, sentados junto a una
escasa lumbre. Clara se habia levantado completamente restablecida.
Lazaro revolvia en su imaginacion los peregrinos incidentes de los dias
anteriores. Los dos estaban muy tristes; se comunicaban mirandose su
tristeza, y callaban. Tal vez pensaban en planes para lo futuro; quizas
ella estaba inquieta por la situacion dificil en que uno y otro se
encontraban. Entonces entro Pascuala y dijo:
--iQue miedo! Desde el anochecer estan paseandose por delante de la
puerta unos hombres. Esta tarde vinieron tambien. iQue fachas! A veces
se paran a mirar _pa_ dentro, y me temo que si viene Pascual y los ve se
va a armar una ... iporque tiene un genio! ... se creera que vienen por
mi ... porque como es una asi ... tan guapetona ...
--Cierre usted la puerta.
--Ya cerre.
Clara se quedo palida como un difunto. Ya le parecia que por ventanas y
puertas entraba una horda de facinerosos armados de punales, pistolas,
cuerdas y otros instrumentos horribles.
--Cierra bien. Apaga esa luz. ?Si se iran a entrar por esa
ventana?--dijo senalando un tragaluz por donde el gato, que tanto
respeto inspiraba al senor de Batilo, entraba con dificultad. Aquel
tragaluz daba a un patio perteneciente a la misma casa.
Batilo, que sin duda entendio lo del peligro en que los jovenes se
hallaban, y queria probar que, aunque misantropo, era un perro
resuelto a todo, ladro en un tono que queria decir: "Nada hay que
temer mientras este yo."
Un poco mas tarde, Clara, que miraba con recelo aquel tragaluz
maldecido, se estremecio con horrible sacudimiento, dio un grito muy
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