onocedor de la obra de Sanchez, titulada _De Matrimonio_.
--Porque hija mia, el mundo es asi--continuo.--Yo, que conozco las
debilidades de ambos sexos, puedo hablar sobre este punto. Y luego yo
tengo una practica tal, que en seguida comprendo. Sobre todo, como usted
es tan guapita....
Turbose mucho la joven con aquellas palabras; pero la esperanza de que
pronto llegarian a la decantada calle del Humilladero, la sereno,
haciendole mas llevaderas las amabilidades del buen hombre.
--Si, hija mia: yo soy gran admirador de las obras de la Naturaleza, y
cuando estas obras son bellas, las admiro mas. Yo, francamente lo digo,
no soy gazmono. Lo cortes no quita lo valiente. Aunque uno sea
sacerdote ... porque admirar a la Naturaleza no es pecado.
Con estas y otras cosas habian pasado la calle de Atocha y llegado a la
Plaza Mayor; atravesaronla, dirigiendose a la plazuela de San Miguel.
--Venga usted, venga usted--dijo, tomando el brazo a Clara, al ver que
manifestaba cierto recelo de internarse por el arco obscuro que da a la
plazuela del Conde de Miranda.--Venga usted, que conmigo va segura...
Pues decia que lo cortes no quita lo valiente... Pero no me ha seguido
usted contando eso del muchachuelo.
--Si yo no he contado nada--dijo Clara, haciendo un movimiento
disimulado para desasir su brazo de la mano del cura.
--Si: algo hay, hija mia; yo lo he conocido. Si eso no tiene nada de
particular. Ya... ?hay vergueencilla? Vamos, cuenteme usted, que yo ia
absuelvo en seguida. A las ninas bonitas se les perdona todo.
Diciendo esto, miro de nuevo a Clara; pero ya no se sonreia: estaba
serio, y habia en su voz cierta agitacion que ella no pudo notar.
--Cuidado, no se caiga usted--dijo, extendiendo su brazo por la cintura
de la huerfana, como si esta hubiera tropezado.
--iAy!--dijo ella mas confusa y separandose del cura.--iCuando
llegaremos a esa calle!... ?Esta muy lejos todavia?
--Si, hija mia: esta lejos, muy lejos. ?Pero que prisa tiene usted?
--iAh! si, tengo mucha prisa. Pero no se moleste usted mas. Digame por
donde debo ir ... y seguire sola.
--iAh! no acertara usted en toda la noche. Esta muy lejos. ?Pero que
prisa tienes, hija mia? Veo que estas muy cansada. ?No te convendria
descansar un poquito?
--iOh! no, senor; no puedo descansar--dijo Clara, aterrada ante la idea
de que la llevaran a una sacristia.
--Si, hija mia: estas muy fatigadita, y yo no tengo corazon para verte
andar por esas calle
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