e ha ido a perorar a algun club--dijo cuando vio que nada
faltaba y que lo era imposible reprender a Lazaro por otro motivo.
--iHombre, hombre!--dijo Entrambasaguas:--?tambien tu charlas en los
_clubes_? Eso es una iniquidad: mira que te condenas.
La devota no dijo nada: pudo su admirable instinto, que recientemente
habia adquirido extraordinaria fuerza, comprender que a Lazaro le habia
pasado algo durante su ausencia. No llego a sospechar lo que fue, ni
donde fue; pero penso mucho en aquello, mientras las ultimas figuras de
la procesion desfilaren por la calle.
--iAy! vamonos, que es tarde--exclamo Maria de la Paz.
--?Ya se van ustedes?--dijo el clerigo, que no veia la hora de que se
marcharan, porque desde la cocina llegaban a sus narices los olores de
la olla de carnero que le estaban preparando.
--Mi senor don Silvestre--dijo Paz,--no podemos detenernos, porque
ahora no somos libres. Nos hemos echado encima una carga muy pesada: la
tutela y educacion de una joven que nos dara muchos disgustos.
--?Que es eso?
--Es una joven desamparada--continuo Paz,--que estaba en casa de un
amigo nuestro, soltero grave, el cual no podia sufrir sus
travesuras. Parece que ella es algo levantada de cascos; y viendo
que no la podia sujetar, nos la entrego para que la corrigieramos
... Todo por amor de Dios.
--?Y les da a ustedes disgustos?--pregunto con oficiosidad la hermana de
don Silvestre Entrambasaguas.
--Todavia--contesto Paz,--la verdad sea dicha, no se ha portado mal;
pero yo nunca me equivoco, y cuando a mi se me fija una persona aqui ...
(y senalo la frente) y aquella me parece que es una buena pieza.
Lazaro oyo esta apologia de su infeliz amiga con toda la atencion de que
era capaz. Pero no se agito mas de lo que estaba, porque era imposible.
--?Que tienes, Paula? dijo Paz a la devota, que estaba muy palida y con
muestras muy claras de no encontrarse bien.
En efecto: todos la miraron, y notaron en ella las senales de un
malestar creciente. Tenia los ojos encendidos y el aliento penoso.
--Nada--dijo la devota, queriendo animarse.
--Sin duda se ha constipado en el balcon.
--Si: corre esta tarde un airecillo, que ya, ya ...--indico el
clerigo;--pero vayase usted a su casa, y abrigandose bien....
--Eso no sera nada--dijo dona Petronila Entrambasaguas, que estaba muy
impaciente, porque ciertos olores, venidos en mensaje de la cocina, le
anunciaban que el carnero se estaba quemando a toda prisa.
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