ero ultimamente se aseguraba que
pertenecia a la tenebrosa sociedad de los _Comuneros_, aunque el lo
negaba. Lo cierto es que en la _Fontana_ sospechaban de el, no sabemos
si con fundamento. Se decia que era de los alborotadores pagados por la
reaccion; hasta que una noche, viendo que se le miraba con desconfianza,
y aun se le hicieron alusiones picantes, deserto para no volver. Este
era Cabanillas, joven de educacion y talento, a quien no se podia ver
sin repugnancia alternando con hombres desalmados como Tres Pesetas,
Chaleco y el Matutero, que hemos tenido el gusto de conocer al principio
de esta puntual narracion.
--Chico--decia Nunez,--?sabes que hemos renido con los de la _Fontana_?
El lance de la otra noche nos ha obligado a romper con esa canalla.
Estamos agraviados: tambien a nosotros nos han querido acusar como a ti;
pero hemos alzado el vuelo y estamos fuera. Vamos a formar otro club.
--Me calumniaron--exclamo Lazaro:--yo no se que demonio me tento a mi
para hablar aquella noche.
--Si son unos mentecatos. Nada: alli se han figurado que no hay mas
liberales que ellos--afirmo Nunez;--y a los que defendemos la libertad
verdadera y completa, nos llaman exaltados, alborotadores, y dicen que
estamos vendidos.
--Ya les arreglaremos las cuentas--dijo el Doctrino.
--Pues oye--continuo Alfonso,--nosotros vamos a fundar otro club, el
verdadero club revolucionario. A esos necios de la _Fontana_ les ha dado
ahora por predicar el orden. iQue orden ni que ocho cuartos! Nosotros
predicaremos la violencia, porque sin violencia no hay revolucion; sin
extirpar los obstaculos y arrancarlos de raiz, no se puede transformar
este pueblo. Nosotros vamos a predicar la democracia; vamos a proclamar
la soberania suprema, absoluta del pueblo, a combatir el trono y a
senalar los que en la gran purificacion que se prepara deben ser
arrancados de raiz, exterminados y concluidos. Tu vendras a nuestro
club, ?no es verdad?
--Veremos--contesto Lazaro muy preocupado.
--Nuestra idea--continuo Alfonso,--es combatir a esos republicanos
tibios que van a las Cortes y a los clubs para sermonear sobre el orden
y la moderacion. Exterminio a esa canalla, a esos hipocritas.
--Si--dijo el Curro,--porque si uno se deja dominar por esos tibios, se
queda uno atras; y no estan los tiempos para quedarse uno atras. Mucho
tino, que el que ahora no saca algo....
Con esta conversacion llegaron a la calle de la Gorguera y a la casa de
dona Leonc
|