tremo, se toque en las violencias de otro, pagando
los crimenes de siglos enteros con el crimen de un dia.
--No me hables mas--dijo Coletilla con voz reposada y lugubre:--ya se
que eres de _esos_, de _esos_ a quienes no tengo palabras bastante duras
con que calificar. Tu Dios es un ciego espiritu de libertinaje; la norma
de tu conducta es el escandalo. Dime, insensato, ?cual es tu fin? ?Que
ves tu en ese porvenir? Supon que fueras un hombre notable entre los de
tu calana, el mas ciego de los ciegos, el mas loco de los locos: ?que
harias, cual seria tu aspiracion?
--Yo no tengo aspiraciones bastardas; no quiero medrar a la sombra de un
tirano que pague la adulacion con dinero; yo no aspiro mas que a la
gratitud del genero humano, a la gloria.
--?Gloria por ese camino? La gloria no se consigue sino por el camino de
la lealtad, sirviendo a Dios y al Rey. No hay mas gloria que la que Dios
da en su Paraiso, de la cual es simulacro e imperfecto remedo el culto
que da en los altares el linaje humano a los escogidos de Dios. Ademas,
la gloria en la tierra consiste en ser subdito sumiso y obediente, no en
vociferar por calles y plazuelas. De esa gloria que tu has sonado no
pueden salir heroes, sino charlatanes y bandoleros. La gloria consiste
en cumplir el deber.
--Pues yo cumplo mi deber tratando de emancipar a mis hermanos de una
odiosa tirania, diciendoles y probandoles que son libres, iguales ante
Dios y ante la ley.
--El primero de los deberes es obedecer lo que la ley te mande.
--?Ciegamente?
--Ciegamente.
--Yo obedezco la ley que es tal ley, la que han hecho los que pueden
hacerla, elegidos por mi y mis hermanos, elegidos por todos.
--A ti no te toca examinar la ley, sino obedecerla.
--?Y si me mandan una infamia?
--No te la mandaran.
--?Y si me la mandan?
--Te digo que no te la mandaran. Y si acaso Dios permitiera que tu Rey
te mandara alguna cosa contraria a la justicia, hazla, que Dios le
castigara a el y te premiara a ti en la otra vida. Seras martir. ?Que
mayor gloria? El martirio del deber es grande y sublime.
Lazaro se hundio mas.
--Observa--continuo Elias,--el espectaculo de esa nacion. Unos cuantos
desalmados le dan leyes en nombre de un principio absurdo, contrario a
la Naturaleza. Solo al Rey ha dado Dios soberania. iQue desorden! iEl
Rey obligado por una turba de soldados rebeldes a jurar aquel Codigo
abominable! Lo juro; pero en el fondo de su alma lo detesta. No podia
ser d
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