pronto--dijo Salome,--cuidado como se asoma usted a la ventana.
--Queda terminantemente prohibido que se acerque usted a un balcon o
ventana; que abra usted la puerta de la escalera.
--Y que hable usted cuando no le pregunten.
--Se ha de levantar usted a las cuatro de la manana, que la pereza es
madre de todos los vicios.
--Yo me levanto a la misma hora, hermana--dijo la devota,--Yo le
proporcionare a usted ocasiones a esa hora de entretener el
entendimiento en cosas santas.
--A ver si de aqui en adelante tiene cuidado de no decir esos terribles
despropositos que ahora ha dicho.
--No volvera--dijo en un arrebato de amor al projimo dona Paulita--Yo se
que no volvera: yo confio en que sera buena y obediente. Otros peores se
hicieron santos.
--Cuidado como habla con nadie que venga a esta casa. Trabajara usted
en cuanto se le mande--continuo Paz, anadiendo un articulo a aquel
codigo fatal.
--Pero no por, exceso--indico oficiosamente dona Paulita, que el trabajo
es bueno para ahuyentar las ocasiones de pecar; pero con exceso es malo.
--No sera con exceso. Ademas es preciso que procure desechar de su
mente todas las cosas que ha pensado hasta aqui. iCuidado con las ideas
del dia que trae usted a este santuario de los buenos principios! No se
acuerde usted de lo pasado; y ahora que esta usted encomendada a
nuestra tutela _para toda la vida_, no debe pensar sino en portarse
bien. Nosotras, ya que usted ha tenido la desgracia de perder a sus
padres, procuraremos dirigirla y enmendarla, siendo la autoridad que
tanto necesita.
La huerfana bajo los ojos y cayo en profundo abatimiento. iPara toda la
vida! Hubiera querido morirse en aquel instante. No miro a las tres
arpias, ni les contesto. Su terror era tan grande que se lo secaron las
lagrimas, y quedo en este estado de perplejidad dolorosa que sigue a las
grandes crisis del alma.
Dejemosla en su encierro para acudir a Lazaro, que gime en una prision
de otra clase.
CAPITULO XVII
#El sueno del liberal#.
Cuando Lazaro vio cerrarse la puerta de su prision y sintio perderse en
la galeria los pasos de su carcelero, miro en torno suyo, y se hallo
rodeado de la mas profunda obscuridad. Luz entraba por una reja que en
lo alto de la pared habia; pero el, viniendo de la calle, estaba
deslumbrado y no veia mas que tinieblas. Por un momento le fue dificil
darse cuenta de su situacion. Aquello le parecia un sueno. ?Su viaje a
Madrid habia sido c
|