ui en adelante en compania de
unas personas cuya proteccion no mereces tampoco. Pero estas son tan
caritativas, que te admitiran por consideraciones a mi. Preparate. Esta
tarde mismo voy a llevarte a casa de esas senoras, y alli viviras. Ellas
te ensenaran a ser mujer de bien, y alli veremos si vuelves a tus
locuras, veremos si te apartas del buen camino. Viviras con ellas; las
ayudaras y serviras en sus labores, y te ensenaran lo que no puedes
aprender en mi casa, sola y sin guia.
--iLas senoras de Porreno!--penso Clara con horror, aquellas tan erguidas
y finchadas, que le daban miedo siempre que le hablaban, dejandole una
impresion de tristeza que no podia borrar en muchos dias.
--Estas ideas del dia--continuo Elias como hablando solo,--pervierten
hasta a las muchachas mas recatadas. iEstas ideas del dia, esta lepra
social!... ise difunde sin saber como!... ipenetra en todas partes!
iQuien lo habia de decir!... Ya se ve... sola en esta casa... Iras,
Clara, en casa de esas senoras. Ten presente que no lo mereces, porque
ellas son personas muy principales y virtuosas, libres del contagio del
dia. Haz cuenta que entras en un santuario.
No habia remedio. La fatal determinacion, que, sin conocerla, habia
asustado tanto a la huerfana, estaba irremisiblemente tomada. Clara se
iba a vivir con aquellas misteriosas senoras, en cuya casa, segun
Coletilla decia, no habian penetrado las ideas del dia. Hacia tiempo que
el tenia este deseo para vivir mas a sus anchas; pero nunca se hubiera
atrevido a proponerlo a las tres venerables matronas, si estas, con una
generosidad que el no se cansaba de admirar, no se lo hubieran indicado.
Era ya cosa resuelta; asi es que Coletilla, al ocurrir la escena que
hemos referido, no quiso retardar ni un momento la determinacion, y
partio a casa de sus amigas a darles aviso, dejando a Clara entregada al
dolor mas profundo.
Digamos algo de las relaciones que anteriormente habia tenido Elias con
aquellas tres nobilisimas damas.
A fines del siglo era Elias mayordomo mayor de la casa de los Porrenos y
Venegas. La ruina de esta historica casa data de aquella misma epoca.
Don Baltasar Porreno, Marques de Porreno, que habia sido Consejero
intimo de Carlos IV, entablo un pleito con un pariente suyo,
descendiente de los Marqueses de Vedia. Este pleito duro diez anos, y en
el perdio Porreno casi toda su fortuna, contrayendo deudas espantosas.
Despues tuvo la desdicha de sostener a Godoy en la consp
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